Atizapán de Zaragoza, Méx.— Lanzando condones rellenos de trapos rojos, con cohetones, bengalas y una hoguera frente al palacio municipal de Atizapán de Zaragoza, un grupo de mujeres del llamado Bloque Negro protestaron en este sitio ante la ola de feminicidios y desapariciones que ocurren todos los días en el Estado de México.

Con un performance, el grupo de mujeres vestidas de negro, roció salsa, simulando sangre, armaron un muñeco como si fuera Andrés “N”, el presunto feminicida serial, así como preservativos inflados, rellenos de trapos rojos que emulaban ser penes ensangrentados que lanzaron por la explanada del palacio municipal y especialmente a los policías, a los que increparon por no actuar en la detención de los agresores sexuales y feminicidas.

“Los feminicidas no son monstruos, son hombres que odian”, “Atizapán y Edomex feminicida”, fueron las consignas que las jóvenes pintaron en escalinatas y muros de la alcaldía.

“Somos abogadas, arquitectas, sicólogas, estudiantes, y mujeres que todos los días caminamos por el Estado de México, entidad que ocupa el primer lugar en feminicidios y donde siguen desapareciendo niñas“, madres y jóvenes, expresaron.

Además, detonaron cohetes y encendieron bengalas, junto con una fogata en donde quemaron papeles y colgaron un tendedero con imágenes de presuntos agresores sexuales, al tiempo que llenaron con salsa roja la foto impresa del presunto feminicida serial de Atizapán de Zaragoza.

En un momento, confrontaron cara a cara a un grupo de policías que intentó impedir las pintas en el palacio municipal y les increparon por qué no actúan así para impedir los feminicidios, pues la vida de una mujer vale más que un muro.

Con el grito de “¡Alerta!”, el grupo autodenominado Bloque Negro leyó un manifiesto en el que denunciaron que en el Estado de México se sufre una de las crisis de violencia más graves contra las mujeres en los últimos años, donde los feminicidios no paran.

“Las autoridades no sólo han demostrado su ineficiencia en la investigación de feminicidios, sino además re victimizan y el gasto público destinado a atender la violencia de género no ha sido utilizado para la atención de las familias violentadas, muertas o desaparecidas, por el contrario hay un derroche económico para las campañas, donde el discurso político sigue considerando a las mujeres como un objeto.

“No han mejorado los casos de investigación, pues el equipo de alta tecnología, como el de reconocimiento facial, no se usa para buscar agresores o a mujeres desaparecidas, sino para la identificación de las activistas feministas”, recriminaron.

Las feministas exigieron la aprobación de la Ley Ingrid, para evitar la reproducción de imágenes de las víctimas, porque los feminicidios no son un espectáculo.

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