Otumba, Méx.— En el Estado de México se encuentra Burrolandia México, el único santuario en el país creado para preservar a los burros. Un predio lleno de autobuses, muñecos, juegos y comercios caracterizados con orejas y cola de burro, en el que 43 de estos animales parecen haber encontrado el paraíso.

Ana Ivonne Alfaro Peralta, una de las encargadas del lugar, explicó que se trata de un parque de diversiones que recibe hasta mil visitantes por año, un atractivo turístico y el santuario creado hace 14 años para rescatar a esta especie en peligro de extinción, porque desde que dejaron de emplearlos para transporte o carga comenzaron a maltratarlos y a asesinarlos.

“Para mucha gente el tener un burro es un símbolo de rezago económico, de pobreza o de ignorancia”, asevera Alfaro.

Burrolandia es un enorme predio localizado en Otumba, con una especie de caballerizas pequeñas en donde habitan machos y hembras, que en esta época del año permanecen separados para evitar que se reproduzcan, pues actualmente siete de ellas están en gestación y el año pasado nacieron dos crías.

En el lugar, como si se tratara de una estancia con caninos, los burros siguen a los visitantes, se acarician con las piernas y manos de las personas, se revuelcan en la tierra y se dejan abrazar.

A los visitantes los recibe un enorme burro de papel maché que lleva de pie los mismos años que tiene funcionando el lugar, se trata de una imagen caricaturizada de la especie que se piensa es oriunda de México, pero no es así, porque proviene de África.

Justo en el acceso principal se encuentran los autobuses, autos antiguos, bicicletas y carretas. Moños, colas y orejas se observan por todos lados, desde los encargados que se ponen las diademas de burro hasta el mobiliario.

“Todo se ha ido ambientando para que a la gente se le haga un lugar mágico, todas nuestra figuras son elaboradas por artesanos de la región. Para que la gente no diga: ‘Yo veo burros en mi pueblo’, sino que conozca la importancia que ha tenido en la historia del país”.

La encargada de dar la explicación sobre este recinto demuestra que es una apasionada en el tema. Cuenta que el origen de ese proyecto fue cuando los integrantes de la asociación civil propietarios identificaron el peligro que corrían estos animalitos al ser abandonados y olvidados por sus dueños.

“Esta idea surgió ya que Otumba es conocida como la tierra del burro, y anteriormente había unos mesones para intercambiar a sus burros, la gente que llegaba de Veracruz o la capital del país, además había una enorme venta de la especie. Con la modernidad, los dejaron de emplear, de modo que los dejaron morir”, detalla.

Platica que han rescatado al menos a la cuarta parte de los animales albergados en la actualidad. La mayoría de los rescatados son de tonos grises, café y negros. Todos son sumamente amigables.

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