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“Es para el santito”, aseguró David Hernández Alillo, habitante del barrio La Piedad, en alusión a Golden Bull, el toro pirotécnico que elaboró su familia para quemar en honor a San Juan de Dios, patrono de los pirotécnicos.

Cada 8 de marzo los habitantes del municipio de Tultepec llevan a cabo un paseo y posterior quema de más de 200 toros pirotécnicos, en honor a su santo patrono; festejo que año con año deja a cientos de personas lesionadas, en su mayoría con golpes y quemaduras leves.

“Empezó como una tradición de la familia para la fiesta de San Juan de Dios. De ahí lo venimos haciendo cada año, como un agradecimiento al santito, que es el patrón de los pirotécnicos”, dijo Hernández Alillo, de 20 años de edad.

Agregó: “Mis familiares son pirotécnicos. Nos dedicamos a hacer juguetería, los cometas, los cañones, todo lo que se relaciona a los cohetes, castillos. A San Juan de Dios le pedimos salud y trabajo, que siga habiendo trabajo, porque es nuestro oficio, de esto vivimos casi todos los que vivimos en el pueblo”.

Unas 20 personas participan en la elaboración de Golden Bull, que este año será forrado de papelillos multicolores y requerirá inversión de unos 10 mil pesos, sin contar los cohetes, que fueron aportados gratuitamente por la familia.

“Empezó mi abuelito y de ahí nos fue dejando la tradición. Nuestros papás siguieron, va de generación en generación y de ahí nos enseñamos”, mencionó Hernández Alillo.

Expresó que Golden Bull se quemará en unos tres minutos en la plaza principal de Tultepec.

“Es instantáneo, es mucha lumbre lo que se genera dentro de un toro. Se llena uno de adrenalina porque no sabes lo que te pueda pasar. El fuego te llena luego luego de adrenalina, que te prendes muy canijo”, relató.

Agregó: “Sí da miedo. Cuando te llegas a quemar es doloroso, es el miedo más que nada. Así somos en Tulte, muy aventados. A veces no nos importa el riesgo, pero claro que lleva un peligro”, admitió.

Hernández Alillo comentó que “es buena la tradición, pero se va perdiendo, porque la gente hace un toro y hoy en día ya no es por el santito, nada más se van a embriagar.

“[El rito] tiene lados buenos y malos. Lo malo es que ya cualquiera hace toro, cuando no saben en realidad para qué es”, platicó.

El Renegado. Integrantes de otra familia de Tultepec crearon al toro Renegado, en el barrio San Martín, el cual también será quemado en honor a San Juan de Dios.

Cada barrio, casi cada calle de Tultepec, hace su toro pirotécnico.

La tarde del 8 de marzo los astados de madera y cartón, algunos de hasta siete metros de altura, recorren las calles del primer cuadro y llegan a la plaza principal del municipio, donde uno a uno agotan su carga de cohetes, en un desafío al fuego que se prolonga hasta la madrugada del otro día, en un ambiente de fiesta, ruido, color y alcohol.

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