La desaparición y crueldad hacia niñas y menores de edad va en aumento. aseveró Leticia Mora Nieto, quien encabeza la “Red de Madres Buscando a sus Hijos”.

“Nos preocupa que sus cuerpos son encontrados cada vez con más frecuencia: mutilados, quemados y torturados”; señaló

Esta organización civil busca a más de 30 hijas e hijos desaparecidos en el Estado de México , en municipios metropolitanos del valle de México, como Ecatepec, Naucalpan y Nezahualcóyotl, informó Leticia Mora.

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“Cuando vemos casos como el de Fátima , cuya desaparición el 11 de febrero fue registrada por nuestra asociación, siento que por más lucha, crecen más los feminicidios”, que se caracterizan por su crueldad.

Como el de la bebé de 11 meses de edad, que fue atacada sexualmente y que murió el 15 de febrero, tras ser golpeada en la cabeza, presuntamente por su padre de 17 años, en la colonia La Renda, en el municipio de Coyotepec, señaló Leticia Mora.

“Antes no se veían tanto las niñas, como que había un respeto, pero en estos últimos meses estamos viendo que ya les está pegando a ellas, vemos un presidente indiferente. Es una realidad que debe preocupar al gobierno.

Estos feminicidios de niñas y menores de edad son responsabilidad de todos los ciudadanos, no sólo del gobierno, afirmó la activista, quien cuestionó lo que ella considera indiferencia del Presidente de la República ante la violencia de género.

De 2011 a la fecha, en Red de Madres Buscando a sus hijos, “hemos buscado y encontrado cerca de 25 mujeres adolescentes, no sólo asesinadas, desmembradas, torturadas o quemadas; cada vez está peor. Sólo en municipios metropolitanos del Valle de México, especialmente de entre 12 a 18 años, lamentó Leticia.

La crueldad en feminicidios se ha manifestado especialmente en el municipio de Nicolás Romero, donde en 2019 se encontraron a varias mujeres calcinadas.

“Muchas asesinadas. Sus familiares no denuncian por miedo”, aseveró la activista .

En el último año este fenómeno se profundizó al menos en 20%. “Siento que los agresores entre más ven, más se animan a agredir, porque hay impunidad”, indicó quien encabeza la asociación civil .

Esta saña y desprecio hacia las niñas y mujeres lo detectamos incluso en los salones de clase, en las primarias, donde los menores se expresan con frases como “¡Guácala qué asco!”, cuando ven el aparato reproductor femenino, donde es necesario que los padres y madres, así como profesores, intervengan para erradicar esa concepción, señaló Leticia Mora.

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