“Sueño con ser licenciada y dar un futuro a mis hijos”

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Selene Laguna Salcedo tiene 38 años y estudia la Licenciatura en Ciencias de Datos para Negocios en la Escuela de Licenciaturas de la Ciudad de México, tiene dos hijos de seis y ocho años; es madre soltera.

Dijo que cuando se enteró de la universidad, se le abrió un mundo de posibilidades; personas cercanas a ella, incluso su madre, le decían que tenía que dedicarse a trabajar y a cuidar a sus hijos, no a estudiar. Mantiene sus gastos vendiendo productos de belleza y zapatos por catálogo.

“Sueño con ser una gran licenciada, me veo en un buen trabajo y cuidando a mis hijos”, manifestó Selene.

“Recuerdo las palabras de la subdirectora cuando en la primera semana nos dijo que querer es poder. Eso me motivó a no abandonarla cuando en los primeros días se me hizo muy difícil volver a adaptarme después de veinte años de no ir a la escuela.

“Mi mamá no me daba la oportunidad de seguir estudiando cuando acabé la preparatoria. Me decía que era una burra y que tenía que ponerme a trabajar. Le lloré, le imploré que me dejara hacer mi examen a la universidad y me decía que no”, contó la estudiante de 38 años. Al mismo tiempo, su papá estaba enfermo y ella tuvo que ponerse a trabajar.

Luego la corrieron por no tener una carrera. A los 27 años se embarazó de su segunda hija y esperaba que la empresa le pudiera cubrir los gastos del parto, algo que no sucedió.

“El papá de mis hijos, cuando ellos tenían cuatro y dos años, dijo que había conocido ‘al amor de su vida’ y se fue”. A pesar de haber vivido violencia intrafamiliar, Selene cuenta que todo se fue para abajo.

Lo que más le cuesta trabajo en su nueva vida escolar es adaptarse a internet, pues la mitad del programa de estudios de la escuela es online.

En este recinto educativo se imparten cinco carreras dirigidas a los habitantes de la capital con el único requisito de tener más de 18 años y la preparatoria concluída.

“Tenemos una alumna que desde el inicio del semestre trae a su bebé, pero fue hasta esta semana [de vacaciones para casi todos los niños] que muchas mamás me pidieron poder traer a sus hijos a la escuela, y se abrió la necesidad de tener espacios para los niños”, explicó la subdirectora del plantel, Laura Ramos Trujillo.

Mamá y maestra. Lucía Najlín Hagg Quezada, abogada y ahora profesora de la Escuela de Licenciaturas, renunció a su trabajo en la PGR por ser mamá. Por esta razón comenzó a litigar y puso su propio despacho, luego se le abrió la posibilidad de dar clases en Introducción al Estudio del Derecho, lo cual le da la posibilidad de compartir tiempo con su hijo.

Es madre soltera y a pesar de trabajar por necesidad, lo hace porque dice que el trabajo dignifica. “Una persona que se sienta digna, importante y que hace algo productivo, es una persona feliz, por eso para mí es primordial trabajar”, explicó.

Lucía tiene varias alumnas que tienen hijos y cree que es importante que se les otorguen derechos de una guardería gubernamental.

Aseguró que es difícil ser madre soltera pues implica trabas económicas, enfrentar decisiones en soledad, trabajar en un lugar que no le absorba el tiempo completo, así como la falta de figura paterna para su hijo.

Para el niño ha sido difícil adaptarse a los horarios de ella. Cuando ha tenido que salir de viaje su hijo le dice “¿Ya regresaste a ese trabajo en donde no te voy a ver?”; en esos casos, su abuela cuida de él.

Más oportunidades. El próximo 16 de abril se abrirá una convocatoria para los estudiantes interesados en ingresar como la segunda generación de esta universidad, comenzando un ciclo escolar a mediados de agosto.

Entre la oferta educativa que hasta el momento se imparten en la Escuela de Licenciaturas de la Ciudad de México Plantel Gustavo A. Madero, están las carreras de Ciencias Ambientales para Zonas Urbanas, Ciencias de Datos para Negocios, Contaduría y Finanzas, Derecho y Seguridad Ciudadana y Desarrollo Comunitario para Zonas Metropolitanas.

Las licenciaturas se imparten durante ocho semestres en cuatro años, obteniendo un certificado de la Secretaría de Educación de la Ciudad de México y una cédula profesional al cursar algún método de titulación.