Durante sus jornadas han sido golpeados y les han disparado . Siguen de pie, con sus armas y en un sector calificado como peligroso por los robos a punta de pistola y secuestros.

El 22 de septiembre, en Bosques de las Lomas , los agentes Sergio Cabrera y Mario López se enfrentaron a un par de colombianos que asaltaron a una pareja que retiró 85 mil pesos de un banco.

Las víctimas les contaron a los oficiales que dos hombres se acercaron, les arrebataron el dinero y luego huyeron en una motocicleta.

El conductor tenía casco, pero su cómplice no. Cabrera y López, su jefe, pidieron que los operadores de las cámaras de Ciudad Segura ubicaran la moto en la que huían los asaltantes.

El rastreo arrojó su ubicación sobre Paseo de las Lilas.

Los agentes se prepararon para la persecución, siguieron en la patrulla al vehículo, cuyo conductor se las ingeniaba para circular entre los automóviles y huir con facilidad, pero Cabrera, en Paseo de los Ahuehuetes, se acercó lo suficiente para hacer derrapar a los criminales.

Los colombianos se levantaron e intentaron huir. Uno, quien no traía casco, disparó contra los uniformados y ellos también sacaron sus armas. En todo momento, dicen los dos oficiales, usaron “comandos verbales” para que los asaltantes se detuvieran y se rindieran.

El cadáver del conductor de la motocicleta quedó sobre la banqueta. Su cómplice, el copiloto sin casco, fue herido tres veces y llevado a bordo de una ambulancia a un hospital en calidad de detenido.

Los dos uniformados tienen casi los mismos años de experiencia y sus familias están acostumbradas.

A Cabrera le apuntó, hace varios años, un joven que había bebido durante una fiesta de 15 años. “Es la segunda persecución, la primera fue en San Jerónimo. [Ese día] nos dijeron que desde la azotea había un muchacho disparando, llegamos al lugar y nos recibieron a balazos”, recuerda.

Su jefe, López, cuenta: “He recuperado bastantes armas, he estado en sectores complicados como Plateros y Tacuba . [Tengo] 16 años de servicio. Han sido varios eventos con otros compañeros, por ejemplo, me tocó lo del hospital en Cuajimalpa”.

Mientras en la zona de Bosques de las Lomas los delincuentes atacan a la gente con mayor ingreso, en los pueblos aledaños donde rigen los usos y costumbres son los vecinos quienes hacen justicia. Esos casos también les han tocado a los oficiales.

El más reciente fue un intento de linchamiento a un joven que supuestamente quería robarse a un niño.

Cuando los dos policías llegaron, la gente había amarrado y golpeado al sospechoso. El jefe López habló con los pobladores y los convenció para que entregaran al detenido; en todo caso, si era culpable, tendría que ser juzgado por la ley.

lr

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