La Sedema refiere que los depósitos de residuos de la construcción (cascajo) deben tener un manejo integral en lugar de ser desechados en zonas de conservación ecológica por el impacto negativo que genera en el ambiente, ya sea en suelo urbano, de conservación o en áreas protegidas. La NADF-007-RNAT de 2013 define que los residuos generados durante actividades como la construcción o demolición “consisten generalmente en pedacería de materiales utilizados para construir como madera, paneles de yeso o de cemento, residuos de albañilería, metales, vidrio, plásticos, asfalto, concretos, ladrillos, bloques, materiales de excavación, cerámicos, entre otros”. La contaminación que éstos pueden producir es diversa. Si el cascajo está mezclado con ropa, alimentos y/o cadáveres de animales entre otros, atraerá fauna nociva. Pero si además es tirado, por ejemplo, en una barranca, contaminará el agua además del ecosistema y además puede crear modificaciones en el cauce del río afectando las viviendas aledañas.

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