De entre las cenizas del incendio que consumió gran parte de la Nave Mayor de La Merced, hace seis años, surgen Los Olvidados, colectivo encabezado por mujeres comerciantes que perdieron los locales en los que trabajaron toda su vida y que buscan la recuperación de esos espacios empuñando el arte y la cultura como arma de lucha.

Las señoras Teresa Cabrera, Juana Ramírez, Santa Rojas y Maribel Galicia amanecieron el 27 de febrero de 2013 con la noticia de que el fuego había reducido a escombros su lugar de trabajo.

De acuerdo con información que dio a conocer entonces el Gobierno de la Ciudad de México, se quemaron casi 7 mil metros cuadrados del mercado, ubicado en la alcaldía Venustiano Carranza.

“Jamás imaginamos el calvario que íbamos a padecer”, comenta Teresa, quien forma parte del grupo de locatarios que fue reubicado en las calles aledañas al centro de abasto y que en medio de basureros, baños públicos e incluso ratas, continuó su venta con la esperanza de que la reconstrucción fuera rápida.

Sin embargo, pasaron tres años sin recibir respuestas ni resultados de las autoridades. Hartas de la situación, Teresa, Juana, Santa, Maribel, y otras mujeres afectadas, formaron Los Olvidados.

“Comenzamos a marchar, a hacer oficios, a manifestarnos. Fuimos varias veces recibidos brutalmente en la alcaldía, donde nos mandaron a los granaderos. No nos escuchaban y al final siempre regresábamos decepcionados”, dice Juana.

Fue en una reunión de mercados en el Centro Cultural Casa Talavera, de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México (UACM), y con la participación de Joaquín Aguilar, responsable del Programa de Espacio Público, que decidieron dejar la lucha política y adoptar el arte para rescatar la zona de La Merced.

Un giro cultural

En medio de los angostos pasillos de la Nave Mayor, a un lado de huacales con jitomates, cebollas y aguacates, Joaquín coloca su equipo de audio y una laptop para iniciar su programa de radio-bocina, el cual organiza junto con Los Olvidados y que forma parte de las actividades del colectivo para revalorizar el oficio del comerciante y acercar la cultura a una zona que “también ha sido abandonada en ese aspecto”.

El grupo, ahora conformado por mujeres de nueve mercados, gestiona proyectos junto con el Programa de Espacio Público de Casa Talavera y la vinculación con fundaciones, organizaciones y elencos artísticos; sus aliados.

“Los Olvidados” de la Merced buscan rescatar su barrio con arte
“Los Olvidados” de la Merced buscan rescatar su barrio con arte

Las mujeres organizan visitas infantiles a museos —a las que acuden hasta 25 personas entre niños y jóvenes— talleres de títeres, teatro y escritura para la publicación de un fanzine.

En cada taller reciben de 10 a 15 asistentes. El dinero para financiar los proyectos sale de sus bolsillos y de la cooperación voluntaria de los vendedores del centro de abasto.

“Abrimos una ventana para visibilizar nuestro problema, pero además comenzamos a construir cosas. Ya no es una cuestión sólo de recuperar un local, sino la búsqueda de rescatar el barrio y a los mercados de la zona afectados por el crimen organizado, la delincuencia y la inseguridad, entre muchos factores que estigmatizan a La Merced”, dice Maribel.

Según el Observatorio de la Ciudad de México (OCMX), el homicidio doloso, el narcomenudeo y el homicidio culposo son los delitos que más se cometieron en Venustiano Carranza en 2018.

“Los Olvidados” de la Merced buscan rescatar su barrio con arte
“Los Olvidados” de la Merced buscan rescatar su barrio con arte

El día que más se delinquió fue en jueves, con 17% de las carpetas de investigación abiertas; mientras que en fin de semana se cometieron 39% de ilícitos.

Los Olvidados aseguran que “La Merced es más que prostitutas y ladrones” y que su labor —desde el frente cultural— ha dado frutos valiosos, constructivos y que los mantienen de pie, puesto que ayudan a desestigmatizar que los niños y los comerciantes del mercado son todos “maleducados, rateros y groseros”.

Valeria Reyes, vendedora del Mercado de las Flores, considera que su trabajo busca “unificar y fomentar la participación entre los comerciantes” para que todos formen parte de los problemas y situaciones que se viven en el barrio.

Nayeli Romero, vendedora de nopales, dice que “la labor de Los Olvidados es una forma en la que los comerciantes reivindicamos nuestra historia y la de nuestro patrimonio, y se convierte en un acto de resistencia, porque en nuestras circunstancias lo que hacemos es tratar de mantener el patrimonio de La Merced y su dignidad. Además de que nosotros nos volvemos productores de cultura”.

Para las locatarias, con el incendio se detuvo la vida en La Merced; hubo como una onda expansiva y los problemas llegaron de distintos modos al cuadrante. Reflexionan que el siniestro les permitió darse cuenta de que hay muchas cosas que no han hecho por sus mercados y que “hay deudas que saldar”.

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