“Tenemos más delitos, más impunidad y un trabajo policial de menor calidad”, destacó Arturo Alvarado Mendoza , director del Centro de Estudios Sociológicos de El Colegio de México , al abordar la situación que enfrenta la Secretaría de Seguridad Pública de la Ciudad de México (SSPCDMX).

Explicó que “no es que se esté desarrollando un trabajo bien o mal; no hay un estándar muy claro de calidad y nunca lo ha habido. Se han establecido programas de cercanía con la ciudadanía, programas vecinales para tratar de mejorar la confianza y la legitimidad, pero el trabajo policial sigue siendo muy arbitrario y con muchos problemas”.

El profesor e investigador, quien ha realizado estudios sobre seguridad pública y violencia, destacó en entrevista que en sí, la situación de la policía es problemática porque la delincuencia común y la organizada se han incrementado en la Ciudad de México.

“Hemos visto un crecimiento sostenido de la violencia, lo cual indica no solamente que está aumentando la actividad delictiva, sino también que la policía ha tenido más trabajo y posiblemente ese trabajo y la estrategia que ha venido siguiendo ya dieron de sí, ya no están dando los resultados anteriores”, manifestó.

Además, “estamos viviendo en el país una situación muy violenta que sí se está reflejando en la CDMX, es falso que sea una zona segura, nunca lo fue; mejoró mucho en la primera década de este siglo a partir de la mitad del trabajo de Andrés Manuel López Obrador y durante el gobierno de Marcelo Ebrard ”, detalla.

Alvarado Mendoza indica que hubo una reforma policial, se retomó el control y se empezaron a crear programas de atención a la ciudadanía. Pero la administración saliente “no lo hizo, no se atendió el problema”.

Este diario informó el domingo que más de 14% de los elementos de la SSPCDMX han sido renovados desde 2010 y que tras el ausentismo, la principal causa para destituir a los agentes es que reprueben los exámenes de control y confianza .

En la delegación Cuauhtémoc se entrevistó en este marco a Mario “N”, policía con 27 años de trayectoria que pidió mantener el anonimato y afirmó que ha asistido a todos los cursos de capacitación, además de aprobar los exámenes para seguir en servicio. Las pruebas, aseveró, son “un filtro más, como en cualquier trabajo”.

Conforme al protocolo

Mario “N” aseguró que a los exámenes se han añadido en los últimos años programas, protocolos y acuerdos para capacitarlos. “Aprendes cómo actuar conforme al protocolo, yo digo que son buenos, pero cada quien habla de cómo le va en la feria”, dijo.

Alvarado Mendoza explica el problema que encuentra detrás del examen de control de confianza: “Siempre he dicho que es un examen de control laboral y no de calidad del servicio. No hay ninguna certificación de los exámenes, sabemos que se ha manipulado el examen y que se ha prestado a problemas de corrupción. No sabemos si realmente es un examen de control de calidad del servicio y de compromiso del policía”.

Una de las pruebas que deben aprobar es la toxicológica. Al respecto, apunta que “muchos tienen problemas de adicciones, pero es producto de la actividad laboral en que viven, entonces muchas veces estas pruebas hablan de cosas que no necesariamente están evaluando el trabajo policial, sino otra serie de problemas”.

El hecho de que la nómina de la policía se haya renovado en 14% representa “un problema de administración laboral interna que no se está mostrando”, considera.

Supervisión ciudadana

El académico opina que sí hay muchas destituciones “esto quiere decir que hay mucho policía que empezó a delinquir o hay un problema de administración laboral. Dentro de la policía hay organizaciones internas, ahí también existen problemas que ocultan la corrupción”, expresó. Su propuesta es mejorar el sistema bajo mecanismos de supervisión ciudadana y con órganos independientes.

Mario “N” sabe que han salido compañeros de las filas policíacas, pero ignora las razones. “Cuando a un compañero se le suspende no se le da una razón en específico directamente, se menciona que no es apto, pero es a su abogado al que se le presta el expediente con la información”, expone.

El agente comenta que la sociedad tiene una percepción negativa de la policía “por las malas experiencias o las críticas que la gente escucha, y por unos pagamos todos”.

Subraya: “Hablan de que la policía y el servidor público son corruptos, pero no dicen que el ciudadano es corrupto, generalizan pero se necesita de alguien que corrompa. ¿Cuándo has escuchado que alguien que comete una falta, que orina en la vía pública o maneja en estado de ebriedad diga llévenme detenido, porque lo merezco?”, cuestiona.

"La gente tiene al policía que merece porque es su reflejo. Quieren un policía que pase por alto ciertas faltas y en otras ocasiones quieren uno que sea recto y que cumpla con su trabajo. Si uno es el detenido dicen ´échame la mano porque si no eres mala onda’, si es alguien más quieren que se le aplique todo el rigor de la ley”, recalcó Mario “N”.

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