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Tras 17 días de labores, autoridades capitalinas concluyeron la demolición del edificio colapsado del Colegio Enrique Rébsamen, ubicado en la colonia Nueva Oriental Coapa, en la delegación Tlalpan, donde fallecieron 17 niños durante el sismo del 19 de septiembre de 2017 (19S).

Mediante un comunicado de prensa, la Secretaría de Obras y Servicios de la Ciudad de México (Sobse) indicó que se retiraron las losas y escombro de una de las tres estructuras que colapsó totalmente, y que representaba un riesgo para los inmuebles colindantes.

En total se retiraron 920 metros cúbicos de residuos de la obra.

Durante el derribo estuvieron presentes peritos que supervisaron las actividades, al igual que representantes del Ministerio Público, para interceder ante cualquier descubrimiento que pudiera ayudar en la investigación.

En el resto del predio se ubican un edificio colapsado parcialmente y otro que se mantiene de pie; ambos no fueron intervenidos debido a la situación jurídica que guardan ante la Procuraduría General de Justicia de la Ciudad de México (PGJ).

Tras el retiro del cascajo y recorrer el tapial para confinar el predio, la Sobse concluyó su participación. La propiedad entonces queda a resguardo de las autoridades de justicia.

En agosto, el Gobierno local anunció la demolición del edificio colapsado del colegio; sin embargo, padres de las víctimas advirtieron que la acción pudiera complicar las indagatorias.

Ante la situación, autoridades de la procuraduría local se reunieron con los familiares, a quienes afirmaron que la demolición no afectaba la investigación debido a que ya se habían concluido las periciales del edificio, por lo que el 20 de agosto iniciaron los trabajos.

La demolición. En un inicio, se tenía previsto que las labores concluyeran en un plazo máximo de ocho semanas; sin embargo, la planeación de las labores y el trabajo del personal permitieron reducir el tiempo programado de origen.

Para garantizar la seguridad de las edificaciones cercanas, el proceso de demolición fue mixto: se seccionaron los tres niveles de losas colapsadas y con el apoyo de una grúa, fueron transportadas a nivel de piso para ser desmanteladas y de esta manera ser transportadas en camiones de volteo hacia sitios autorizados de disposición final.

De forma paralela, un grupo de topógrafos fue desplegado en la zona para monitorear el comportamiento de los inmuebles aledaños durante las labores, sin que se registraran desplomes ni hundimientos durante los trabajos.

Con esta demolición la Secretaría de Obras y Servicios suma 63 derribos controlados de edificaciones con daño estructural.

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