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El dinero pasa de mano en mano en el penal de Neza Bordo, como ocurre en la gran mayoría de reclusorios del Estado de México, donde custodios y reclusos forman parte de la corrupción.

“Aquí lo que no se puede hacer, se hace con dinero”, comentó el familiar de un interno.

En tanto, una mujer aseguró que “no respetan la lista de comida, la cambian y cuando llegamos nos dicen que los alimentos no pueden pasar, entonces nos piden entre 20 y 30 pesos para poder entrar”.

Familiares de presos mencionaron que si una persona no lleva credencial de elector o ésta no coincide con los apellidos del recluso deben pagar mil 500 pesos para ingresar.

Comentaron que en el área del hospital, donde están los enfermos o con discapacidad intelectual, “los tratan como perros, los tienen como animales, les dan mal de comer”.

Aseguraron que los días de visita un hombre aparta varios lugares en la fila para ingresar al centro penitenciario, los cuales vende a personas que llegan tarde, sin que las autoridades del penal pongan remedio a la situación y hasta lo solapan.

Insistieron que la violencia y extorsión al interior del reclusorio Neza Bordo son graves y ejemplificaron con la violación a la esposa y sobrina de uno de los internos, al que extorsionaban, caso que no es investigado por las autoridades del Estado de México, a pesar de su gravedad.

Además reiteraron que el grupo de El Tatos mandaba videos a familiares de internos, donde los golpeaban y vejaban, para obligarlos a pagar entre mil 500 y 2 mil pesos mensuales para no maltratarlos.

“Son mafias las que tienen aquí. Han mandado a balacear a los familiares”, insistieron.

Agregaron que esperan que las cosas cambien, luego de que medios de comunicación difundieron lo que ocurre en esta prisión.

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