La pugna entre las células dedicadas a la venta de drogas al menudeo, la extorsión y el cobro de derecho de piso en el primer cuadro de la Ciudad contra los lugartenientes de La Unión Tepito continúa cobrando vidas, pues la madrugada del sábado cinco jóvenes, que aparentemente estaban en un punto de venta, fueron baleados por una pandilla rival; el saldo fue de tres muertos y dos heridos.

Las primeras versiones de las autoridades sobre este atentado detallan que las víctimas pertenecían a una célula que intenta competir con La Unión Tepito, la cual durante las últimas semanas se había apoderado de algunos lugares donde se vendía droga; eran los encargados de cobrar la extorsión en los locales que, a pesar de la pandemia, siguen ofertando sus productos sobre el Eje Central.

A una de las víctimas, según consta en la carpeta de investigación que se abrió por los hechos, los delincuentes ya lo habían amenazado, incluso trascendió que en el mes de febrero pasado sobrevivió a un atentado.

El ataque del sábado ocurrió en la intersección de las calles Tapicería y Carroceros. Las cinco víctimas quedaron tendidas sobre el pavimento; paramédicos confirmaron la muerte de dos hombres en el lugar, mientras que tres más fueron llevados a un hospital cercano, y horas más tarde un tercer joven murió, según reportes de la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México (FGJ).

Las víctimas de los presuntos ajustes de cuentas en la zona Centro y Tepito, con base en las indagatorias de la fiscalía, son jóvenes de entre 17 y 23 años, sin antecedentes delictivos, pero relacionados con la venta y el consumo de drogas al menudeo.

Las investigaciones apuntan a que son vecinos del mismo sector y presuntamente fueron reclutados, en un principio, para la distribución de enervantes en puntos fijos, para ser repartidores en bicicleta o motoneta, en los bares, antros y cantinas del sector, así como en escuelas de nivel secundaria y preparatoria.

Este negocio ilícito desencadenó los homicidios dolosos, colocando al sector de Tepito como el más peligroso para los jóvenes en ese rango de edad y que, de momento, según las carpetas de investigación, no estudian ni trabajan y no tienen un domicilio fijo, por lo que en ocasiones los cadáveres son reclamados por sus propios amigos y no por sus padres, tutores o adultos que demuestren que se hacen cargo de ellos.

Por otra parte, la disputa por el control de las calles, así como de la cúpula del grupo delictivo La Unión Tepito desencadenó que sólo durante este primer semestre, 187 personas fueran víctimas de homicidio doloso, todas con un perfil ya establecido por las autoridades de investigación.

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