Para muchos, quizá el nombre de Joaquín Fernández Morales, exjefe de grupo de la , no diga nada, al igual que los mil 415 policías que han fallecido de 2018 a 2021 en el país; es decir, 1.08 en promedio, cada día. Pero todos ellos, murieron en cumplimiento de su deber, sin que la sociedad sepa el motivo.

Por ejemplo, Fernández Morales participó en la captura del asaltabancos Alfredo Ríos Galeana , quien por años fue considerado el “Enemigo público número uno”, para luego resultar herido de bala al evitar el secuestro de un subdirector de Coparmex, lo que a la larga provocó su retiro como jefe de grupo de esa corporación.

De allí que hoy, su hijo y diputado local del PRI, Carlos Fernández Tinoco , propuso erigir un monumento a los policías que han perdido la vida en el cumplimiento de su deber. Y aunque parezca extraño, el pleno del Congreso local aprobó el punto de acuerdo por unanimidad.

“En todas partes del mundo, ser policía es una profesión peligrosa, pero en México lo es aún más, por lo que se requiere de mucha vocación de servicio”, comentó para luego revelar que su petición está basada en que fue hijo de un policía, quien pese haber sido herido de bala, amenazado, perseguido hoy solo él y su familia lo recuerdan; pocos saben lo que mi papá hizo por el bien de la sociedad”, señaló.

Incluso, aceptó que en México los policías se enfrentan a una mala percepción social y a una serie de riesgos que los puede llevar a perder la vida.

En este sentido, citó que de 2018 a 2021, fueron asesinados en el país mil 415 policías ; es decir, 1.08 en promedio, cada día.

Subrayó que es sumamente importante nunca olvidar a estos servidores públicos, quienes dieron su vida para salvaguardar los derechos y libertades de los demás, muchos de los cuales han encontrado su destino enfrentando a delincuentes.

“Tengamos presente que los elementos caídos tenían nombre, eran padres, madres, hijos, hijas y héroes, que sus familiares más cercanos los recordaran por siempre, pero la sociedad también debe recordarlos. Es lo mínimo que podemos hacer por su sacrificio, ser una ciudad agradecida”, enfatizó el legislador.

Luego, en entrevista, el priista recordó que su padre participó en la penúltima captura de Ríos Galeana, ocurrida a mediados de 1985, tras aprehender a su cómplice, Salvador Ornelas Rojas, quien proporcionó los datos que condujeron a la captura del llamado “Enemigo público número uno”.

Fernández Morales, recuerda su hijo, en ese tiempo era jefe de grupo que encabezaba el comandante Luis Aranda Zorrivas, quien por años fue el principal perseguidor de ese peligroso sujeto, “y siempre apoyado por mi papá y los demás integrantes de esa agrupación policiaca”, señaló con orgullo el hoy diputado local del PRI.

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“Mi padre me contó que ese día, Ríos Galena les disparó a los cuatro judiciales que intentaron detenerlo en una casa de seguridad, ubicada en Valle de Aragón. Huye en un camión de pasajeros, seguido por mi papá y los otros compañeros, quienes lograron aprehenderlo calles adelante”, destacó el legislador.

Empero, la persecución y el peligro al que se expusieron fueron en vano, pues cinco meses después, Ríos Galeana escenificó su enésima fuga, ahora del Reclusorio Preventivo Sur, para huir a Estados Unidos, donde 19 años después fue recapturado el 12 de julio de 2005, por autoridades federales de California, cuando intentó tramitar una licencia de conducir a nombre de Arturo Montoya.

“Todo eso la sociedad lo ignora. Todos o la mayoría sabe de Ríos Galeana, del comandante Aranda Zorrivas, que fue amigo de mi papá y su jefe, pero nadie sabe la identidad de los policías que aprehendieron a ese asaltabancos. Pero lo que no hizo Ríos Galeana o cualquier otro delincuente, lo logró el Covid, pues mi padre falleció hace año y medio”, lamentó el diputado local, quien ahora busca sea levantado un monumento en honor a los policías fallecidos .

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