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Otumba, Méx.— Por las bajas temperaturas que se registraron durante la madrugada de este viernes en la región del Valle de Teotihuacán, se presentó la primera helada de la temporada invernal, lo que causó daños en por lo menos 200 hectáreas de nopal.

“La ausencia de humedad en el ambiente sumado a las bajas temperaturas originó lo que conocemos como helada negra, fue tan fuerte que aunque el nopal se encuentra tapado, se heló”, dijo Hilario Gutiérrez Pérez, presidente del Comité Sistema Producto Nopal, Tuna y Xoconostle.

Durante las primeras horas del viernes la temperatura descendió un grado centígrado, por lo que los sembradíos sufrieron las inclemencias del tiempo.

En el censo que llevaron a cabo los campesinos de la región del Valle de Teotihuacán se reportó la pérdida de entre 60% y 65% de la producción de nopal, verdura de la temporada.

En un primer balance, los productores calculan que serían aproximadamente 8 millones de pesos los que perdieron por la helada, pues cada hectárea dañada representó entre 35 y 40 mil pesos.

“Nos damos cuenta que el nopal está helado porque la punta es de color amarillo y el resto está verde, ese ya no sirve debemos desecharlo”, comentó Gutiérrez Pérez.

En la región del Valle de Teotihuacán, que comprende los municipios de Acolman, Axapusco, Teotihuacán, San Martín de las Pirámides, Nopaltepec, Temascalapa y Otumba, se tienen registradas 800 hectáreas sembradas de nopal verdura.

Los productores de la zona nororiente del Estado de México solicitaron ahora la ayuda oficial de los gobiernos federal y estatal para resarcir las pérdidas que sufrieron y continuar con esa actividad de la que dependen miles de habitantes de la región.

El descenso del termómetro también ocasionó daños en el Banco de Germoplasma de la flor de nochebuena de la Universidad Autónoma Chapingo, que sufrió la pérdida de decenas de variedades, lo cual significa el retraso de varios años de investigación y mejoramiento genético de esa planta que se cultiva en 18 estados del país.

“Hace 15 años empezamos y cinco años tardamos en recorrer el país para ir trayendo plantas silvestres de cada estado de la República de los 18 estados donde crece silvestre, entonces cinco años de trabajo, pero también 15 años de mantenimiento”, explicó Armando Espinoza, investigador de la división de Fitotecnia de Chapingo.

El cambio climático ha afectado a especies vegetales silvestres que no se adaptan tan fácilmente a los cambios de temperatura, lo que asociado al crecimiento de los asentamientos humanos, así como los problemas de plagas, ponen en peligro de extinción a las 15 especies de nochebuenas nativas.

“Todas están en riesgo, nosotros hemos visto hace como 15 años que empezamos las colectas, hemos ido de nuevo a los lugares y ha habido una reducción de la población silvestre. ¿Qué nos toca?, de nuevo llevar plantas a esas poblaciones para que se aumente un 25%; en 15 años he visto que se ha disminuido la población [de especies]”, mencionó el investigador.

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