Andrea

quedó ciega, con dos dedos fracturados y el rostro desfigurado, a consecuencia de las brutales golpizas que recibió de su entonces pareja sentimental , Manuel Olmos. Las 33 placas que le pusieron para tratar de reconstruirle el rostro no fueron suficientes, además el agresor se llevó a sus tres hijos los cuales ella dejó de ver desde el 2016.

A esta fechas, Andrea lucha ahora con el sistema de justicia local, pues un juez no le ha concedido la custodia de sus hijos de 14, 11 y 8 años. A todos ellos, el papá los marcó; los tatuó con una suerte de cruces que el progenitor, también lleva en el rostro, pero eso no fue suficiente para el juzgado de lo familiar que lleva el caso y la custodia de los niños, aún la tiene el padre.

Manuel Olmos

fue detenido apenas la semana pasada, después de 5 años que lo buscaran, ya en prisión y procesado solo por violencia familiar, tampoco fue suficiente para que un le devuelva los hijos a la mujer e incluso teme que el delito por el que es juzgado su ex pareja -considerado no grave- quede libre y tome represalias contra ella.

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Ahora, confía en que esta nueva administración revise su caso y la ayuden, pues dice, a pesar de la tortura que vivió con su ex pareja de dejarla con daños permanentes e irreparables y de que la separaron de sus hijos, ella no ha recibido justicia ; “no me desaparecieron, no fui una mas. En mi caso fue peor, no me terminan de matar”, dice la mujer en espera de la verdadera justicia.

apr/nv

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