Un recipiente de cobre se mueve sobre arena caliente. En su interior hay agua, café y azúcar. El mango del artefacto (conocido como cezve), es meneado por un hombre de llamativa sonrisa y traje azul. “Estará listo en unos minutos”, nos advierte en inglés el especialista del café turco . En la mesa aguarda un dulce trío: un flan con dulce de leche y pepitorias , un ingente tiramisú bicolor y un crème brûlée de plátano con frutos rojos.

El primero en desaparecer es el flan, así como el café, pero no hay nadie que lea mi futuro. Me encuentro en el nuevo restaurante Villa Azur y, como dicen que la vida es muy corta, comenzamos con el postre. Al menos, en esta columna.

Este restaurante tiene un mellizo en Miami, local que se distingue por su faceta nocturna. No puedo afirmar lo mismo del mexicano porque el reloj apenas marca las tres de la tarde. Lo que sí aprecio es el sofisticado interiorismo de aire francés a cargo de Sofía Aspe , quien, con un olivo y mobiliario en azul y gris, creó una atmósfera serena y a la vez chic.

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

Una publicación compartida de Villa Azur Mexico (@villaazurmexico) el

Pero los comensales relatan otra historia, pues se siente que este lugar fue pensado como escaparate, y este concepto se extiende a sus platillos bien estilizados. Por ejemplo, el salmón al pipián, plato donde los dos elementos por separado están bien ejecutados pero juntos resultan en un matrimonio fallido; o el tahini robalo con cebolla caramelizada, nueces y coliflor asada, que como actor de telenovela luce bien, sin llegar a Hollywood.

Siguiendo con la metáfora telenovelera, el filete prime es la Cuna de Lobos de esta programación gastronómica. El corte tiene una cocción adecuada y está servido sobre un “espejo” de salsa de pimientas al brandy y vegetales rostizados que me sabe mejor con una IPA. La mención cervecera no se debe a una pauta publicitaria, sino a las sugerencias de maridaje del menú con algunos de sus platillos y, a pesar de no ser indicada en éste, la armonización funciona muy bien.

En la cortinilla visual no figura ninguna celebridad, sino algunas entradas, como la ensalada mediterránea con aguacate, aceituna, jitomate cherry asado, queso feta y una lechuga que parecía ligeramente oxidada. O las tostadas de atún : la base es un crujiente wonton, cubierto por láminas de atún crudo y aderezo de chile chipotle.

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

Una publicación compartida de Villa Azur Mexico (@villaazurmexico) el

El protagonista de este lugar no es la comida, sino sus comensales. La carta es cumplidora, pero, por los exorbitantes precios declarados en ella, cualquiera pensaría que va a cenar en un restaurante con estrellas Michelin. Si te gustan los lugares para ver y ser visto, estarás en el sitio indicado, pero si quieres comer bien, reserva tu hambre para otro momento.

Villa Azur

Dirección: Emilio Castelar 229, col. Polanco.

Tel: 5266 4203

Instagram: @villaazurmexico

Horario: mar-sáb 14-02 hrs. / dom 13- 22 hrs.

Promedio: $1,300 pesos

Google News

TEMAS RELACIONADOS

Noticias según tus intereses