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Podrán no gustarnos distintos alimentos, pero lo que es cierto es que a la gran mayoría nos gusta el pollo . Tal como describe el artículo “How the chicken conquered the world” , publicado en Smithsonian Magazine , “el pollo es el alimento ubicuo de nuestra era, que ha cruzado múltiples barreras culturales con facilidad. Con su sabor ligero, el pollo presenta un lienzo en blanco para la paleta culinaria de casi cualquier cocina”. Además de su versatilidad culinaria, accesibilidad de precio (es más económico que otras proteínas como, por ejemplo, la carne de res y el pescado) y amplia disponibilidad, el pollo es una fuente importante de nutrimentos , por lo que se incluye en distintas dietas y planes de alimentación saludables.
He aquí tres razones por las que el pollo es nuestro amigo.
1) Una pieza de 85 gramos de pechuga de pollo, deshuesada y sin piel, te puede proporcionar hasta 27 gramos de proteína, nutriente esencial para el correcto funcionamiento de nuestro organismo.
2) En caso de que cuides tu ingesta calórica, la carne magra del pollo es el sustituto ideal de las ricas, pero muchas veces dañinas, carnes rojas, ya que su valor calórico es de los más bajos: una porción de 30 gramos aporta entre cinco y ocho gramos de grasa y 75 kilocalorías.
3) El pollo es rico en vitaminas y minerales como calcio y fósforo, sustancias que mantendrán tu aparato óseo en óptimas condiciones.
Finalmente, la versatilidad culinaria del pollo es amplia. Ya sea en caldo, en estofados, al horno o en tacos, la carne del pollo combina con una gran cantidad de hierbas, especias y salsas. Nuestra recomendación es que optes por aves de procedencia orgánica, pues su sabor será más intenso y que aproveches su grasa natural para que no te quede seco.
