Cada vez es más común encontrar menús alternos destinados a los niños en los restaurantes. En su mayoría, este tipo de propuestas incluye platos atractivos aunque hipercalóricos y de muy baja calidad nutrimental. Se tiene la errónea idea de que los niños pueden comer lo que más les apetezca con tal de que coman ya que, con el paso del tiempo, tendrán una mejor conciencia sobre su alimentación. sin embargo, los hábitos alimentarios adquiridos durante la niñez difícilmente se modifican en los años posteriores.

MUCHO SABOR, POCA NUTRICIÓN

La mayoría de las opciones en los menús infantiles son platos con atractivas propiedades organolépticas, ricos en sodio, azúcar y grasas poco saludables. Además de que suelen aportar muchas calorías y poca nutrición, incitan a comer en exceso, lo que deriva en un probable aumento de peso. Desafortunadamente, México está entre los primeros lugares de obesidad infantil: según la última encuesta de , ENSANUT 2018, 22% de la población de 0 a cuatro años se identifica con riesgo de sobrepeso y el 36% de niños escolares (cinco a 11 años) tiene kilos de más.

De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (OMS), existe una gran probabilidad que los niños con exceso de peso sigan teniendo sobrepeso hasta la edad adulta.

Esto conlleva a tener un mayor riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares y diabetes mellitus tipo 2 a una edad más temprana.

NO SE TRATA DE SATANIZAR

Si bien todo cabe en una dieta sabiéndolo acomodar, y alimentos como pizzas, papas fritas, hot dogs, nuggets

y malteadas pueden incluirse (ocasionalmente) dentro de una dieta saludable, es importante entender que hay lugares destinados a ese tipo de comida. Entonces, ¿por qué ofrecer fast food en un restaurante convencional?

Un niño que aprende a comer correctamente durante la infancia (evidentemente siguiendo el ejemplo de la alimentación de los padres), tendrá una mayor probabilidad de mantener una dieta sana y equilibrada durante la adultez. Por tanto, fomentar hábitos alimentarios saludables es la mejor herramienta de prevención

de muchos trastornos y enfermedades.

De acuerdo a una investigación publicada en The Journal of Nutrition Education and Behavior, comer en familia favorece la elección por alimentos más saludables.

La recomendación es inclinarnos por restaurantes que ofrecen la opción de servir su menú tradicional en porciones más pequeñas. También es importante enseñar a nuestros pequeños a conocer nuevas opciones e incluso a viajar por el mundo a través de la comida.

ALTERNATIVA SALUDABLE

Afortunadamente algunos restaurantes ya incluyen en sus menús infantiles porciones más pequeñas de los mismos platillos que ofrecen en el menú principal. La única diferencia entre la dieta de un adulto y la de un niño debe ser el tamaño de la porción.

El ejemplo arrastra y los padres juegan un importante y poderoso rol en el comportamiento alimentario de los niños. Premiar o castigar con comida puede derivar en conductas poco saludables, ¿Cuántas veces hemos escuchado el “si te comes las verduras te doy un helado”? Los alimentos no son premios ni castigos, simplemente tienen ocasiones. La máxima en la nutrición infantil es que los padres o encargados del cuidado del niño decidan “qué comer” y los niños “cuánto comer”.

Un dato: menos de la mitad de los niños en México comen verduras, frutas y leguminosas a diario. Contrariamente, más del 80% incluye bebidas azucaradas con frecuencia. ENSANUT 2018*.

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