La primera vez que escuché sobre Elly Fraser fue hace dos años. El chef Lucho Martínez la invitó en esa ocasión a cocinar a Mia Domenicca. Desde entonces, la neoyorquina pelirroja ha compartido fogones en México con cocineros como Francisco Ruano, Norma Listman y Saqib Keval, Elsa Olmos y Toshi Narita. Pero la dinámica de nómada se quedó atrás gracias a Elly’s.

Elly’s

suena como a un diner americano sin miedo a los estereotipos, donde las meseras utilizan labial rojo. De lo anterior, lo único cierto es el labial, pues el logotipo del restaurante es una ilustración de una boca abierta con los labios pintados de rojo, tal como su chef acostumbra maquillarlos.

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

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El restaurante se divide en pequeñas habitaciones donde destaca el buen gusto, la barra del chef —donde elegí sentarme—, así como un pequeño bar y un comedor privado. El rosa de sus pisos que se extiende hasta la barra, se mezcla con el verde de sus sillas y los destellos dorados de las lámparas. La música está bien curada —entre jazz, rock, indie y una que otra cumbia—, el aroma de la leña impregna la terraza y la tenue luz crea una atmósfera íntima.

El menú: seis apartados para compartir y muchos platos sabrosos. El antipasto se sirve en pequeños bowls y va acompañado con crujientes y deliciosas rebanadas de pan. Zanahorias baby, queso ricotta, caponata, giardiniera y pepinos en chile fermentado… Difícil escoger un favorito.

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

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Nos saltamos la sección “pescaditos”, a pesar de que el kampachi con kosho de limón y su umami me hizo ojitos, y pedimos la ensalada israelí y el bonito confitado. El primer plato se tomó más licencias de las que un purista lo permitiría, pues la original se compone de jitomate, pepino y cebolla, pero fue una deliciosa rebelión con piñones, ejotes y ricotta. El delicado pescado, cubierto de pepinos y frescos tomates verdes, estaba bañado con aceite de oliva y semillas de hinojo. De tener pan, hubiera chopeado el plato sin pena.

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

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El plato fuerte fue un lomo de cordero: un trozo de carne jugosa bien escoltada con una mezcla de cebolla, hongos y kale rostizado. Durante toda la cena jugamos a intensificar el olfato y el paladar, porque en la barra la luz no nos permite confiar en lo que el ojo percibe.

Por cierto, al llegar nos advirtieron que había una reserva a las 9, en otras palabras, tendríamos que tomar el postre y el café en el segundo piso del restaurante si tardábamos más de dos horas. No soy fanática de esa dinámica, pero terminé platicando de la escena gastronómica con cuatro comensales más mientras le daba unos sorbos a un par de carajillos. Es probable que vuelva, aunque más temprano, bien abrigada y con más ánimos de convivir.

Elly’s

Dirección: Hamburgo 310, col. Juárez

Tel: 8848 4442

Instagram: @ellysmx

Horario: lun-sáb 17-23:00 hrs.

Promedio: $750 pesos

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