Hablar de vitivinicultura española es mucho más que hablar de la súper conocida Tempranillo; y es que hay propuestas imprescindibles como aquellas de los gallegos y la variedad que producen mejor: la Albariño.

Esta variedad blanca, que en nariz ofrece notas a cítricos y en boca se caracteriza por tener una acidez refrescante, es la reina de una de las cinco Denominaciones de Origen (DO) de Galicia: Rías Baixas. El sommelier y representante de la DO Rías Baixas en México, Andrés Amor , nos contó cómo se vive el vino de esta región productora.

“Cuando hablamos de vino tenemos que remitirnos a su origen. La DO Rías Baixas nació en 1988; el 94% de la producción es de Albariño aunque se producen otras uvas como Caiño Blanco, Loureiro, Treixadura y Godello . En Rías Baixas , la manera de producir es única: si bien la vinificación es similar y, en el 94% de los casos la variedad es la misma, un Albariño de Rías Baixas nunca es igual a otro”, señaló el sommelier.

Según Amor, hay varios aspectos que determinan la particularidad de la vitivinicultura de esta región española; uno de ellos es el predominio de la variedad Albariño. Esto hace que la DO sea casi monovarietal (es decir, que produce una sola cepa). Lo anterior, a su vez, implica que los productos sean uniformes pero, diferentes entre sí.

Otro aspecto diferenciador es la producción en minifundios. Desde hace varias generaciones, los terratenientes dividían sus terrenos en partes iguales para heredar a todos sus hijos, quienes, a su vez, volvieron a dividir ese terreno en partes iguales. Así, cada generación tiene menos hectáreas, pero siguen produciendo. Incluso hay productores que no tienen viñedos, pero compran uva para elaborar el vino.

Amor explicó que las características del Albariño de Rías Baixas –en concreto, su acidez y su pH-, hacen que funcione especialmente bien con los productos alimentarios de la zona: mejillones, almejas y cocina de mar en general que, por tener yodo, sal intrínseca y otros minerales, armoniza de maravilla con los vinos que ahí se producen. Felizmente, los mexicanos podemos hacer el ejercicio de maridaje con nuestros cebiches o aguachiles, que también favorecen la armonización con vinos producidos con la Albariño.

Los vinos de Rías Baixas buscan ser refrescantes y fáciles de tomar, y la variedad Albariño aporta esas características en la copa: alta tomabilidad acompañada de una gran complejidad aromática y mucho mérito técnico, que tienen tras de sí un importante trabajo

en el viñedo y en la bodega, privilegiando siempre los procedimientos manuales antes que los automatizados.

Así, los Albariños se presentan ligeros, felices y sin complicaciones. Sin duda, es una de las grandes variedades blancas, trabajada en una zona privilegiada.

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