Escribo desde Ensenada , punto de partida en dos días de exploración vínica a lo largo del Valle de Guadalupe. Confieso, querido lector, que desde hace tres años no participaba en las fiestas de la vendimia en Baja California; el ir y venir por todos los estados productores del país me habían alejado de esta particular celebración. El reencuentro, organizado por Monte Xanic, fue fantástico.

Arranqué el sábado con un par de actividades gastronómicas y artísticas. Primero, una degustación de platillos de los chefs Tania Livier y Enrique Farjeat , con etiquetas de la vinícola bajacaliforniana. Segundo, el ya tradicional Concierto del Crepúsculo , que este año contó con la participación del brasileño Daniel Boaventura , descrito por la prensa internacional como “ el Frank Sinatra de Latinoamérica ”. Debo decir que comida, música y vino siempre serán placenteros, incluso para un hater como yo que prefiere las visitas técnicas por encima de los eventos sociales.

El domingo, la agenda fue mucho más enriquecedora. Después de visitar bodega y enoteca, tuve la oportunidad de participar en una cata a junto a Hans Backhoff, director general de la vinícola, y José Antonio Calderón, nuevo gerente de enología de Monte Xanic . Toño, originario de Guanajuato, regresa a México después de 28 años de estudiar y trabajar en los Estados Unidos; sus paradas profesionales previas incluyen a bodegas como Ledson Winery & Vineyards , en Sonoma County, así como Constant-Diamond Mountain Vineyard y Quintessa, en Napa Valley. ¿El propósito?, probar la Edición Conmemorativa XXV Años de Gran Ricardo , el vino top de la bodega, así como conocer el nuevo Grenache Rosé de Monte Xanic , rosado de estilo Provence de edición limitada. También, echarle mano a la primera botella jamás creada de Gran Ricardo , la añada 1994. No se preocupe, tendremos dos entregas para profundizar en ellos.

Le preguntaba a Hans acerca de la Grenache y sus posibilidades en los Valles de Ensenada. Me decía que la cepa muestra un enorme potencial productivo gracias a su capacidad de adaptación al clima local, marcadamente mediterráneo; asociada a la Syrah y la Mourvèdre, también se cuenta entre las variedades que más futuro tienen en los planes de desarrollo la vinícola mexicana.

Sólo 300 cajas se produjeron del Grenache Rosé 2018, un vino de agradable expresión aromática, pero excepcional presencia gustativa. Piense usted en un rosado seco, con acidez vibrante, astringencia marcada (casi tánico) y amargor que literalmente “estira” su permanencia en boca, que le da longitud. En retronasal: frambuesas, cerezas, fresas silvestres, rosas y violetas que se funden con ligeros acentos vegetales y minerales. Una etiqueta que vale la pena buscar y probar, incluso si es necesario viajar hasta la bodega para hacerlo.

Sólo para dejarlo picado, le comparto algunos datos del Gran Ricardo Edición XXV Años, que será el motivo de nuestro próximo encuentro.

Google News

TEMAS RELACIONADOS

Noticias según tus intereses