León, Gto.-

Después de dos meses de confinamiento, los obreros del sector zapatero volvieron a laborar; en silencio formaron filas en torno de las fábricas del fraccionamiento Julián de Obregón, pasaron por la sanitización y conocieron las reglas de sus centros de trabajo de la nueva realidad.

“Los que no traen cubrebocas salgan de la fila”, “¡guarden la sana distancia!”, ordenaban supervisores con las manos extendidas en forma de cruz en el exterior de las industrias de calzado.

Juan corrió hacia un local de venta de cubrebocas indispensable para acceder a la empresa; "¡si no, me quedo sin chamba!", le comentó a un compañero que le cuidaba el lugar. Otros se quedaron a un costado de un portón en espera de que les proporcionaran el acceso de protección.

En forma pausada uno a uno avanzó por los filtros de un acceso seguro, con el termómetro infrarrojo en la frente, cabinas sanitizadoras, tapete clorado, el dispensador de gel, para luego ser ubicados en los espacios que ocuparán delimitados conforme a los protocolos de sana distancia.

"Nos dijeron que tenemos que llevar a cabo las medidas necesarias por lo del Covid, que también nos cuidemos afuera y con nuestras familias”, describió Jesús, especializado en el pespunte de calzado.

Los patrones dedicaron parte de este lunes para presentar los protocolos de Seguridad Sanitaria, de acceso seguro y para fijar horarios de trabajo escalonados para evitar aglomeraciones en los talleres.

A partir de este martes, Jesús, de 35 años de edad, entrará a laborar a las 7:40 de la mañana y saldrá a las 5 de la tarde, en la empresa Vaqueras.

La industria del calzado reanudó sus actividades este 1 de junio al 30 por ciento de su capacidad con el semáforo epidemiológico por el Covid-19 en color rojo.

El movimiento en la zona industrial comenzó pasadas las 6 de la mañana con la instalación de puestos de tamales, café, atole, jugos, churros, tortas, tacos, dulces, y entre los que sobresalía una patrulla de Policía que hacían rondines con la torreta encendida.

Con paso acelerado los trabajadores descendían del transporte público hasta unirse a las filas en el exterior de las industrias, otros esperaban sentados en la banqueta, algunos con solicitud de trabajo en mano.

Jesús dijo sentirse contento de volver, después de pasar más de dos meses en su casa. “Ya hacía falta”, indicó.

Compartió que es necesario sentirse productivo, estar entre las máquinas, con los compañeros, el lugar donde ha pasado la mayor parte de su vida. “Lo bueno es que hay trabajo”, agregó otro obrero que estaba a su lado.

Esperanza González llegó puntual a la fábrica de calzado de la que es supervisora en la producción de bota vaquera, pero en la oficina le indicaron que tenía que permanecer en su casa por ser vulnerable al Covid-19. “Hoy se reincorporaron los sanos”.

La mujer, que ronda en los 50 años, dijo que en su empresa regresaron a los hipertensos, diabéticos o de más de 60 años. “Yo voy a entrar cuando el semáforo esté en verde”, comentó en la acera de la calle Industriales.

“Tenemos el empleo seguro, somos la parte vulnerable que nos están cuidando”, dijo la supervisora.

Esperanza que dice dominar todos los procesos de elaboración de calzado, manifestó estar seguro de la industria zapatera saldrá adelante de la crisis económica y la pandemia de Coronavirus, y “también hay que cuidarla”.

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