Tijuana.— Una noche antes, Silvia habló con sus familiares; recordó los tiempos en que vivió en su camioneta para protegerlos, de eso ya pasaron casi 10 meses.

En la mesa, lo único que les pidió fue que, si las cosas salían mal, por favor no la cremaran; no quería terminar hecha polvo dentro de una vasija, pues prefería ser enterrada. Pero ella no murió y, en cambio, se convirtió en una de las primeras enfermeras de Baja California en ser vacunada contra el Covid-19.

En abril, su nombre circuló en la prensa y en redes sociales.

Silvia es enfermera en el área de Urgencias del Hospital General de Tijuana, el principal concentrador de pacientes con coronavirus. Su historia fue la de una mujer que, para evitar contagiar a su esposo e hijos, adaptó el interior de su vehículo para dormir en él. En su camioneta se preparaba y luego se unía al primer frente de batalla en el tercer piso del hospital. Como pudo, logró sobrevivir.

Su mérito ha sido reconocido y, ayer, Silvia encabezó la caravana del personal de Salud hasta el Centro de Gobierno, donde fue vacunada contra el virus que hasta el 13 de enero había arrebatado las vidas de 6 mil 75 personas en el estado.

“Me fui muy temprano, dejé a mi esposo en su trabajo y de ahí me fui al hospital para ser de los primeros, y sí; fui la primera enfermera y la tercera persona en la fila”, relata Silvia.

La noche del martes llegaron 9 mil 750 dosis y durante las primeras horas de ayer comenzaron con la aplicación simbólica a cinco empleados de Salud en las diferentes instituciones públicas y privadas que le hacen frente al Covid-19. La primera fue la jefa de Enfermería del área de Urgencias del HGT, Perla Marina Guerrero Vázquez.

Del total de las dosis, 3 mil 665 corresponderán a la Secretaría de Salud de Baja California, de las cuales, mil 300 son para Mexicali; mil 365, para Tijuana, y mil, para Ensenada, mismas que se van a aplicar en los hospitales generales; el resto serán distribuidas entre el IMSS, ISSSTE, ISSSTECALI y la Sedena.

El secretario de Salud en el estado, Alonso Pérez Rico, informó que se espera que el próximo martes 19 de enero llegue a Baja California otra remesa con una cantidad similar de vacunas, que sirva para continuar con el resto del plan de vacunación.

En el último año, Silvia ha visto a miles de pacientes en las camillas del hospital, al que tiene casi una vida asistiendo a trabajar; algunos murieron y otros lograron regresar a sus casas.

En este tiempo supo lo que es trabajar con el corazón en la mano, latiendo como si se le fuera a escapar del pecho.

Hubo momentos en los que no tenía la certeza de regresar a su hogar, pero su mayor preocupación siempre fue cuidar a su familia y no soltar a sus pacientes. Todavía una noche antes de recibir la vacuna pensaba en qué pasaría si no funcionaba.

Desde que recibió la dosis sólo ha tenido dolor de cabeza y un malestar general, todavía no distingue si es un efecto secundario o si es el miedo: “Ayer que estábamos cenando les decía que si me llegaba a pasar algo no quería que me cremaran, quería que me enterraran. Es un tema sensible, pero dije: ‘No está por demás que sepan mi voluntad’”.

Mientras reposa, Silvia dice que, a pesar de los dolores o de cualquier malestar, los beneficios son mayores. Esa vacuna, para ella, es una esperanza.

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