Tres años no han bastado para que las autoridades castiguen a los responsables de la muerte de 23 recién nacidos en el Hospital General Regional Número 1 de Culiacán, Sinaloa, reclamaron ayer padres de 10 bebés.

En conferencia de prensa, los afectados —quienes viajaron a la Ciudad de México en busca de una respuesta— dijeron que ni la Procuraduría General de la República (PGR) ni la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) han emitido resolución respecto a las denuncias que se presentaron ante ambas instancias.

“Las instituciones protegen las negligencias que mataron a nuestros hijos”, reclamó Cecilia Rodríguez.


Recordó que tras la muerte de los bebés, en 2015, y luego de una inspección al hospital, se encontraron materiales caducados, láminas oxidadas y dos bacterias: la Klebsiella, causante de sepsis, y la Escherichia coli, detonante de graves infecciones.

El instituto únicamente reconoció que dos bebés habían muerto a causa de una bacteria. En el resto de los casos señaló que la causa de los fallecimientos tenía que ver con la falta de cuidado de las madres.


Ayer señalaron que en febrero de 2016, el delegado del IMSS estatal, Adalberto Castro Castro, fue cesado, pero “no es suficiente”.

Piden que tanto Castro Castro, el director de la clínica y el personal responsable cumplan con la sentencia correspondiente y no solamente sean cambiados de hospital.

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