Reynosa.— Héctor Silva, director de la Casa Senda de Vida, dijo que fue un error el acuerdo alcanzado entre México y Estados Unidos en el tema de migración, pues, aseguró, la política nada tiene que ver con la ayuda humanitaria.

Expresó que las casas para migrantes que operan en el país sufren desde hace meses ante la falta de recursos que el gobierno federal les debe destinar, por lo que al retornar un mayor número de migrantes, el problema se incrementará.

“Desde el inicio de la actual administración federal, los recursos dejaron de llegar. Estamos sobreviviendo con las donaciones que algunos organismos nos hacen y con lo que destina el gobierno federal, pero no es suficiente”, indicó Silva.

Señaló que, actualmente, en la Casa Senda de Vida alojan a 520 migrantes, cuando la capacidad es de 250, pero no pueden rechazar a los que llegan a pedir ayuda.

“Improvisamos dormitorios en casas de campaña. No es justo que por cuestiones políticas o arreglos entre los países se brinde una atención que no es digna para cualquier ser humano”, declaró.

Sobre todo, dijo, cuando llegan familias con menores de edad que deben soportar a la intemperie el extremo clima que se registra en la frontera de Tamaulipas.

“Hemos tenido temperaturas de hasta 45 grados y, como hoy, que se registró una lluvia fuerte. Los gobiernos deben pensar que estamos tratando con seres humanos que vienen de sufrir en sus países de origen y, aún aquí, deben pasar hambre”, subrayó Silva.

Explicó que actualmente Estados Unidos permite la entrada a 50 migrantes semanalmente para revisar si son aptos para recibir asilo político o humanitario.

“Si nos envían una cantidad mayor de migrantes, tendremos un problema más grande que no vamos a poder solucionar, en eso deben pensar los gobiernos y no en hacer tratos o acuerdos políticos o arancelarios, están tratando con personas”, subrayó el activista.

Ayer, el secretario de Relaciones Exteriores de México, Marcelo Ebrard, aseguró que en las negociaciones con Estados Unidos, México había rechazado la demanda de Washington de ser un “tercer país seguro” —lo que obligaría a los solicitantes de asilo en EU a esperar su trámite, que puede tardar años, en territorio mexicano— , pero se comprometió a examinar el asunto en 45 días.

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