Chilpancingo.— En el confinamiento por la pandemia de Covid-19, la violencia contra las mujeres en la Montaña de Guerrero se agudizó: han ocurrido 21 feminicidios, 20 violaciones y la desaparición de tres mujeres. En total 264 agresiones de todo tipo.

Toda esta violencia la ha registrado el Centro de Defensa de Derechos Humanos de la Montaña, Tlachinollan.

Este informe forma parte de la campaña “Montaña de quebrantos”, que busca visibilizar la violencia de género y la falta de justicia que enfrentan todos los días las mujeres de esta región.

La abogada de Tlachinollan, Neil Arias Vitinio, informó que de 2014 a 2021  documentaron 71 feminicidios y de 2016 a este abril, registraron 31 desapariciones de mujeres en toda la Montaña.

Abel Barrera Hernández, director de Tlachinollan, informó que en la Montaña hay una violencia focalizada contra las mujeres y  denunció la actuación de las autoridades que, dijo, son indolentes con las víctimas.

“Públicamente denunciamos que hay indolencia, hace falta una debida diligencia. No tenemos sentencias o condenas por hechos de feminicidios. Vemos que sigue habiendo mucha impunidad y por eso siguen habiendo desapariciones y feminicidios”, indicó el defensor.

Barrera Hernández dijo que la violencia  contra las mujeres va en aumento en la Montaña, que ni la presencia de la Guardia Nacional la ha podido detener.

“Hay mujeres que aparecen descuartizadas, cercenadas, se nota todo el horror que se ha impuesto por parte de los hombres, llámese esposo, ex pareja, o del crimen organizado, y las autoridades, lamentablemente, a pesar de las alertas de género, no hacen nada, son ineficientes e ineficaces”.

Agregó que parte de esta violencia la ejercen las organizaciones criminales “que actúan en colusión con los cuerpos de seguridad y demás autoridades locales”.

Los testimonios

Durante la presentación, participaron dos mujeres que dieron sus testimonios de la violencia que han vivido, ellas y sus familias.

El primer testimonio fue el de Maribel Pérez Esponobarros, vecina del municipio de Zapotitlán Tablas, quien relató que el 29 de marzo del año pasado su hermano, Ángel Pérez Espinobarros, fue privado de su libertad junto con su esposa y sus dos hijas, niñas de 12 y cuatro años de edad.

La mujer contó que en su pueblo comenzaron una búsqueda hasta que al otro día, los hallaron muertos, incinerados, dentro de una camioneta en la carretera Tlapa-Chilpancingo.

“hoy estamos pidiendo justicia para esta mujer y sus dos niñas, y por mi hermano, a quienes asesinaron, no sabemos por qué”, reclamó la mujer.

Maribel contó que después de ese crimen su familia tuvo que dejar su pueblo por el miedo, porque otras familias también han desaparecido.

Otro testimonio fue el de Catarina Velázquez Moreno, vecina de Cochoapa El Grande, quien denunció la desaparición de su hija Aurelia a Velázquez Moreno, que ocurrió en marzo del año pasado.

Catarina contó que su hija fue acusada de asesinar a su esposo, quien era hijo del director de Seguridad Pública de Cochoapa El Grande.

Contó que el último día que tuvo conocimiento de ella fue cuando se trasladaba a la casa de sus suegros y ya no regresó.

“mi hija es un ser humano, no es un animalito para que la desaparezcan nomás porque si”, reclamó.

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