Tapachula.— La segunda caravana migrante que partió de Tapachula el pasado jueves llegó la mañana de ayer a la cabecera municipal de Huixtla, tras caminar 18 kilómetros desde el poblado de Huehuetán.

De acuerdo con el activista de la organización Dignificación Humana, Luis Rey García Villagrán, en el contingente viajan unos 600 menores de edad, así como mujeres embarazadas, quienes son los que más resienten los estragos de las altas temperaturas de hasta 38 grados.

El contingente avanzó acompañado de visitadores de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), y hostigados en la retaguardia por elementos del Instituto Nacional de Migración (INM) y la Guardia Nacional (GN), que detienen a los rezagados.

Este grupo de casi 3 mil personas está integrado en su mayoría por haitianos y el resto son de Honduras, Cuba, Venezuela, El Salvador, Guatemala y Nicaragua.

En tanto, en Tapachula, en medio del caos, desorden y conatos de enfrentamientos, más de 2 mil migrantes haitianos se congregaron en la oficina de regularización del INM para ser beneficiados en traslados a otros estados del país, para continuar con sus trámites ante la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (Comar).

En forma extraoficial, el INM puso en marcha desde hace cuatro días traslados de migrantes haitianos a Coahuila, Puebla, Veracruz, Morelos, Oaxaca e Hidalgo.

Afuera de las oficinas, la corresponsal de EL UNIVERSAL, María de Jesús Peters, fue agredida por un hombre presuntamente haitiano, quien intentó arrebatarle su teléfono cuando se encontraba transmitiendo, además de que intentó golpearla.

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