Guadalajara.— Los policías investigadores Julio César Álvarez Martínez y Jesús Adán Benavides Martín del Campo, asesinados el pasado viernes en ataques casi simultáneos en el municipio de Tlajomulco, fueron despedidos ayer por familiares, amigos y compañeros de la Fiscalía General del Estado y la Secretaría de Seguridad Pública de Jalisco.

Durante la ceremonia, el titular de la fiscalía estatal, Gerardo Octavio Solís Gómez, reconoció la labor de los policías caídos y, ante los elementos de las diferentes corporaciones encargadas de la seguridad y procuración de justicia, hizo un llamado para que continúen realizando su labor en beneficio de los habitantes del estado.

En un evento realizado a puerta cerrada, a petición de los familiares, el fiscal estatal expresó su solidaridad con los deudos y les agradeció el esfuerzo que ellos también realizan al apoyar todos los días a las fuerzas de seguridad.

“La institución quiere también agradecerles y hacerles un reconocimiento a ustedes, porque también las familias de todos los que trabajamos aquí realizan un sacrificio en beneficio de este estado”, les dijo.

Alrededor de las 7:30 horas del viernes, un grupo armado irrumpió en el domicilio de Álvarez Martínez —policía investigador asignado al área de homicidios— en el fraccionamiento Villas de San Vicente.

Los atacantes sorprendieron al elemento cuando tomaba un baño; el agente intentó escapar al escuchar que alguien había entrado a su casa, pero fue asesinado en la entrada.

Cerca de su cuerpo quedó el de otra persona que viajaba en bicicleta y fue atropellada; según la fiscalía, se trata de alguien implicado en el asesinato del policía investigador.

Minutos más tarde, la esposa de Benavides Martín del Campo llamó al 911 para pedir apoyo, pues su marido había sufrido un ataque a tiros afuera de su casa, en el fraccionamiento Jardines del Edén, también en Tlajomulco. En el hecho, el hijo del policía investigador, un menor de edad, también resultó lesionado.

Benavides Martín del Campo pertenecía a la Secretaría de Seguridad Pública, pero estaba comisionado al área de menores de la fiscalía; estaba en periodo vacacional y no portaba armas cuando fue asesinado.

Tras los hechos, la fiscalía inició patrullajes por la zona y a unas cuadras de donde fue abatido Benavides Martín del Campo una patrulla fue agredida a tiros desde una casa, lo que desató un enfrentamiento que duró una hora y media e involucró a más de 300 elementos entre policías y soldados. En ese hecho fueron abatidos dos de los agresores.

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