Zacatecas.— “Cuando me avisaron muy temprano que me iba a tocar la vacuna me sorprendí, pensé que yo no iba a alcanzar. Al formarme sentí nervios, pero cuando me aplicaron la dosis me emocioné, porque ha sido un largo camino en la lucha; hoy inicia una luz en el camino de esperanza”, dice el neumólogo pediatra Isaac Rodríguez Saldaña, del área Covid del Hospital General de Zacatecas.

El joven médico, de 33 años y quien tiene tres años ejerciendo su profesión, menciona que desde el inicio de la pandemia ha trabajado en el área Covid y admite que al principio le causaba gran temor contagiarse, más aún cuando comenzó a enfermar y morir personal de salud por estar en primera línea.

Sin embargo, menciona que con el paso de los meses ha logrado tener más seguridad y considera que su mayor armadura de protección contra el virus es portar siempre su equipo médico.

“En esta pandemia no cabe el miedo en nosotros, porque nos toca atender a los pacientes”, indica el neumólogo pediatra.

Relata que, afortunadamente, no son altas las estadísticas de niños contagiados, pero con tristeza reconoce que le ha tocado ver cuatro o cinco muertes de menores víctimas del virus.

El doctor Rodríguez Saldaña explica que ha tenido que aplicar una reconversión en los servicios profesionales que otorga en consulta privada, pues detalla que una gran cantidad de adultos busca sus servicios como neumólogo para evitar acudir a los hospitales —en una primera instancia—, al grado de que 90% de sus pacientes son personas adultas.

Por esa razón, afirma, para él era importante recibir esta vacuna. Cuando ayer le avisaron, cerca de las 8:00 de la mañana, que iba a recibir la dosis, de inmediato se preparó y se fue al Hospital General de Zacatecas.

Refiere que al llegar al auditorio vio que había organización en los filtros y en total duró aproximadamente una hora con 20 minutos en todo ese proceso.

Primero le hicieron unos registros para saber si era alérgico a algún medicamento o vacuna que se hubiera aplicado antes; después fue la revisión de temperatura y demás signos vitales y, posteriormente, ingresó al área para la aplicación de la vacuna.

“Algunos dijeron que sí les dolió. La verdad yo no sentí ninguna molestia; sentía más emoción al recibirla. Aunque estuve en un área de observación durante media hora, nunca tuve ninguna reacción negativa y espero seguir así”, asegura entusiasmado; ahora sólo le queda esperar al 3 de febrero para que se le aplique la segunda dosis.

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