De 40 a 100 espacios habitables temporales hechos de bambú es la meta de 12 instituciones, empresas y organismos no gubernamentales que pretenden beneficiar a familias damnificadas de la comunidad de San Juan Pilcaya , perteneciente al municipio de Chiautla de Tapia, Puebla.

Aristarco Cortés Martín, director del Instituto de Diseño e Innovación Tecnológica (IDIT) de la Universidad Iberoamericana, informó que esta institución, junto con el Grupo Puebla Bambú , trabajan de manera coordinada para que en un corto plazo se dé respuesta a los damnificados tras el sismo del pasado 19 de septiembre .

Las construcciones se tratan de espacios habitables temporales, cómodos y frescos elaborados con bambú obtenido de la Sierra Nororiental de Puebla, para impulsar la recuperación de la comunidad y el regreso a las actividades cotidianas.

Actualmente hay una siembra aproximada de 800 hectáreas en la sierra nororiental de Puebla, que son susceptibles de aprovechamiento. En la zona de la Mixteca, también se cuenta con algunas variedades de bambú endémicas.

La propuesta de colaboración está elaborada con la comunidad y por el momento se tiene el diseño y construcción del prototipo, y el segundo paso es entregar y colocar los primeros 40 espacios habitables temporales, en un periodo de dos semanas, así como hacer los ajustes menores para que puedan ser viviendas permanentes.

San Juan Pilcaya es una comunidad de aproximadamente 900 habitantes y se localiza en la región Mixteca del estado de Puebla, donde de 353 viviendas, cerca del 85 por ciento del total en la localidad, resultaron dañadas por efecto del sismo.

Se trata de una comunidad rural que se sostiene alimentariamente del campo, condiciones de temperatura entre 20 y 38 grados centígrados. Las personas están viviendo en sus hogares y evitan el traslado a los albergues (públicos o familiares), por la noche duermen en los traspatios de sus viviendas.

De acuerdo con información de Grupo Puebla Bambú, el bambú tiene propiedades como resistencia a la tensión y a la compresión, y en el estado de Puebla se tiene una de las mayores producciones del material en México.

Este prototipo de vivienda puede albergar a una familia con infraestructura básica para pernoctar durante por lo menos un año. Esto ayudará a las familias a organizarse en comunidad para la reconstrucción permanente de sus viviendas, sin poner en riesgo su salud y sus pertenencias.

El costo por módulo oscila entre los 15 y 20 mil pesos dependiendo del tamaño requerido por familia.

El proyecto está planteado para tres etapas, en la primera, de forma inmediata colocar 40 espacios en la comunidad de Pilcaya en un plazo de dos semanas. En la segunda etapa se propone escalar a 100 o 200 módulos entre la semana 3 y la semana 12.

Durante la etapa 3 se considera realizar las colaboraciones y gestiones necesarias para la instalación de viviendas permanentes con uso estructural a base de bambú y adobe para las familias.

afcl

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