El obispo de El Salto, Durango, Juan María Huerta, pidió a la congregación lasallista que facilite la entrega del hermano Alejandro "N" , por quien pesan dos órdenes de captura por presuntas agresiones sexuales en contra de tres voluntarias.

Consideró que por la mala asesoría legal que está teniendo la orden religiosa, están encubriendo al hermano, de quien se desconoce su paradero. Lo anterior pese que los lasallistas se habían comprometido a que estaría en la sede central de Monterrey.

“Han sido mal asesorados, las cosas no pueden ser como se han ido llevando, la asesoría legal no corresponde a lo que debe ser el derecho ni a la línea que marca la iglesia en estos casos”, comentó el obispo.

Monseñor Huerta respaldó lo que el papa Francisco ha dicho últimamente sobre los casos de pederastia y abusos sexuales de religiosos: cero tolerancia y la necesidad de corregir esos abusos.

El obispo refirió que ocultar estos casos es de otros tiempos, y que ahora ya no queda, por lo que respaldó que se proceda conforme al derecho penal y al derecho canónico. “Si verdaderamente hay motivos para hacer la defensa, todo mundo tiene derecho a la defensa pero en los procedimientos que marca la ley”, dijo el prelado.

Asimismo, insistió en invitar a la congregación lasallista a que faciliten el proceso que se debe seguir. “Si hay que defender a alguien se debe defender bajo las normas establecidas, huyendo no se puede. Hay que proceder”, comentó.

EL UNIVERSAL había informado que existen dos órdenes de aprehensión en contra del hermano lasallista y que el pasado martes, el director de la Policía Investigadora de Durango, así como las víctimas, familias de las víctimas y personal jurídico del Arzobispado en Nuevo León, se habían reunido en Monterrey con la intención de tener una cita con Gabriel Alba Villalobos, visitador de la orden en la zona México Norte de los lasallistas, sin embargo éste no acudió.

Sobre la viabilidad de suspender o cerrar el voluntariado de El Salto, donde el hermano Alejandro “N” fungió como director, el obispo Juan María Huerta aseguró que está próxima una revisión que los mismos responsables han propuesto. Además, pugnó porque el voluntariado se haga de un modo diferente al que se lleva a cabo actualmente.

“Necesitamos más acercamientos a la sociedad, con capacitaciones para trabajos, que capacite mejor a las personas. Algo más social, de desarrollo de habilidades”, agregó.

Dijo que un cierre de instalaciones dependería por lo pronto de la congregación.

rmlgv

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