Guadalajara.— “Aquí no habrá ni acuerdo ni tregua con los delincuentes, aquí no habrá ni perdón ni olvido, porque la delincuencia ha lastimado profundamente a nuestra sociedad”, señaló durante su rendición de protesta el nuevo gobernador del estado, Enrique Alfaro Ramírez.

Después habló del orgullo que siente por haber luchado años al lado de Andrés Manuel López Obrador y defender con él una idea de país que —dijo— aún comparten.

Desde la tribuna del Congreso de Jalisco, Alfaro Ramírez, quien llegó al gobierno como abanderado de Movimiento Ciudadano (MC), intentó dejar clara la postura de su administración ante el gobierno federal y pidió a la secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, fungir como heraldo.

“Le pido con respeto le transmita al Presidente que de un servidor no encontrará jamás discursos de cortesía política simulada o mezquindad disfrazada de lambisconería. Sólo sé hablar de frente y con palabras que me hagan sentir orgulloso de lo que digo. Por eso habremos de levantar la voz cuando sea necesario para plantear desde aquí nuestra postura sobre los grandes temas de la patria”, dijo.

Antes de las palabras del mandatario, los coordinadores parlamentarios de los distintos partidos fijaron sus posturas.

Posteriormente, el presidente del Congreso local, el emecista Salvador Caro, dio la palabra al gobernador Enrique Alfaro, pero se extravió en el protocolo y un microcaos brotó en el presídium.

Caro ordenó a una comisión de diputados acompañar fuera del recinto al ya ex gobernador Aristóteles Sandoval, quien no llevaba ni 10 minutos sentado en el lugar. Sandoval dijo que quería quedarse, Caro derramó por accidente un vaso de agua sobre la secretaria de Gobernación y Alfaro intercedió por el ex mandatario… en minutos el orden se restableció y el gobernador tomó la tribuna.

Alfaro dijo que los ejes de su gobierno serán cuatro: política social, crecimiento económico, desarrollo territorial y seguridad; en este último tema, el más sensible, se pronunció por la coordinación con la Federación, pero consideró que la militarización del país no es el camino.

Después del discurso del mandatario, el presidente del Congreso tomó la palabra para mostrar su apoyo.

Al término, Alfaro se dirigió a la Plaza de la Liberación, para agradecer a las personas ahí congregadas.

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