En el contexto de la creciente violencia de género, así como el llamado a un paro nacional de mujeres el 9 de marzo, nos dicen que en Nuevo León actores políticos se han subido a la iniciativa, manifestando su “aprobación” y “condiciones”. Ejemplo de ello, nos indican, es Zeferino Salgado (PAN), alcalde de San Nicolás de los Garza, quien dijo ser solidario con el movimiento feminista, permitiendo que trabajadoras municipales puedan sumarse al paro… pero considerando que a lo largo de marzo “sería bueno” que trabajen horas extras para reponer el día que faltaron. Además, nos dicen, en la entidad también se habla del posicionamiento del gobernador Jaime Rodríguez, quien declaró asueto el 9 de marzo en el sector educativo público, como queriendo quedar bien con las mujeres, a las que en diversos momentos de su mandato les ha faltado al respeto y a quienes no ha podido garantizar seguridad, pues su tierra está dentro de los cinco estados con más feminicidios. De tarea, 70 veces, “la vida de las mujeres no es botín político”, “la vida de las mujeres”...

Destino de primera, papelería de segunda

Nos cuentan que en Los Cabos, Baja California Sur, quien se dio tremendo resbalón fue la alcaldesa Armida Castro (Morena), luego de que aprovechara la reciente visita del presidente Andrés Manuel López Obrador a la entidad, para abordarlo y solicitarle que la Conagua destine mayores recursos al municipio, para mejorar la infraestructura, pues en algunos casos las colonias pasan hasta 20 días sin agua. El tema, nos aseguran, no iba tan mal, porque incluso la morenista le entregó un pronunciamiento contra la liberación del pez dorado a la pesca comercial; sin embargo, todo se vino abajo cuando ella misma reveló que entregó las peticiones a AMLO escritas a mano, en pedazos de hojas blancas y un sobre manila, lo cual empeoró una vez que ciudadanos identificaron que dicho pronunciamiento tenía hasta faltas de ortografía. Austeridad, nivel papel y pluma, nos indican.

Un “supersilencio” en Durango

Desde Durango, nos platican que quien de plano hizo como los avestruces fue el superdelegado Édgar Morales Garfias, luego que se diera a conocer la operación de probables empresas fantasma en el Programa Jóvenes Construyendo el Futuro. Lo que cayó de extraño, nos mencionan, es que frente a este tema el delegado prefirió no salir ni para defender el proyecto, argumentando que él y su equipo de trabajo no estaban autorizados a dar entrevistas al respecto; sin embargo, cuando se trata de hablar de beneficios o cosas positivas, el delegado está puesto para presumir a la 4T frente a los medios. Ojalá no toque recordar, nos señalan, aquel dicho de que el que calla otorga.

“Un tiro” en el IMSS

Quien apareció con la espada desenvainada, nos indican, fue Christian Pérez Cosío, integrante del Consejo Técnico del IMSS en Tamaulipas, luego de que exigiera un juicio por corrupción contra el exdelegado del instituto, Fernando López Gómez. Don Christian, según nos dicen, recordó que López Gómez se vio envuelto en un escándalo con la compra de un equipo de cómputo para el IMSS de Tamaulipas, cuyo desenlace fue su destitución. Pero ahí no paró el asunto, nos dicen, pues Pérez Cosío también pidió que a don Fernando no se le vuelva a otorgar un nuevo puesto en la Federación, pues él mismo al despedirse calentó los ánimos anunciando que pronto lo verían despachar desde otra oficina. ¡Qué tal!

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