A “ derribar el capitalismo , que sólo ha traído muerte y destrucción comunitaria; es una tarea grande, pero no imposible, si nos organizamos y articulamos desde abajo”, convocó la aspirante presidencial indígena María de Jesús Patricio Martínez, Marichuy, al concluir su gira proselitista en Chiapas .

Marichuy cerró su itinerario por los cinco Caracoles Zapatistas, donde fue recibida por miles de indígenas, base de apoyo del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), a quienes acudió para reunir más de 800 mil firmas de apoyo para participar como candidata presidencial independiente en la contienda electoral de 2018.

La aspirante presidencial se reunió después con integrantes del Movimiento en Defensa de la Tierra, el Territorio y por la Participación y el Reconocimiento de las Mujeres en la Toma de Decisiones, ante quienes planteó “derribar este sistema; lo vamos a empezar desde nuestras comunidades y fortaleciendo nuestra defensa de la tierra, nuestra forma organizativa que tenemos para tomar decisiones sin que vengan y nos impongan” colores.

Les dijo que el enemigo común “es mucho más grande que México, está más allá de México y tenemos esa gran tarea de quitarlo .. esas rabias y dolores los vamos a organizar para caminar juntas para adelante, nada para atrás; tenemos que invitar a más y pensar juntas cómo vamos a diseñar este nuevo México que queremos”.

La reunión del viernes se realizó en la sede del Centro de Estudios Superiores de México y Centroamérica, de la Universidad de Ciencias y Artes de Chiapas, en San Cristóbal de las Casas, según reportó Centro de Derechos de la Mujer de Chiapas, que divulgó las grabaciones del encuentro.

La representante de los pueblos originarios de México expuso que su objetivo principal es “llegar a todas las comunidades para escuchar y platicar, para buscar cómo cuidamos la tierra mediante esa forma organizativa que tenemos adentro y cómo participaríamos como mujeres en nuestras comunidades”.

Debemos, recalcó, aliarnos con más personas “para derribar este sistema capitalista”. Lo vamos a empezar desde nuestras comunidades y fortaleciendo nuestra defensa de la tierra, nuestra forma organizativa que tenemos para tomar decisiones sin que vengan y nos impongan colores. Tiene que ser algo desde adentro, enfatizó.

Una de las premisas, dijo, es apoyarnos entre nosotras, articularnos, tener claro qué queremos y pensar que sólo organizadas y unidas “vamos a poder tumbar lo que nos han impuesto”.

“Es una tarea grande si lo pensamos como mujeres, pero no imposible, pues cuando nos proponemos las mujeres nos organizamos. Claro que podemos hacer algo más allá de nuestras comunidades; podemos unificar los esfuerzos de varios pueblos y caminar juntos con nuestros hermanos que están” en las comunidades, alentó Marichuy.

Al dirigirse a las mujeres les expuso fortalecer las estructuras comunitarias; cómo vamos a caminar en nuestras comunidades, cómo hacer que nuestros niños ya no piensen como lo les han hecho pensar allá arriba.

Las escuelas las están preparando de tal manera que están creando personas que ya no piensen en sus comunidades sino como los de allá arriba, advirtió.

Marichuy escuchó testimonios de vejaciones a mujeres indígenas en comunidades sujetas a prácticas ancestrales de exclusión y abusos.

Teresa Roblero, del ejido Bellavista del Norte,en Frontera Comalapa, denunció que cuando las mujeres de su pueblo deciden casarse con un foráneo, por acuerdo de asamblea se determina que ellas no pueden vivir en la localidad.

De la comunidad La Grandeza, de Amatenango del Valle, llegó Alberta. Denunció que al separarse de su pareja por violencia física, su suegro la despojó de su vivienda y terreno, “ porque pertenecían a su hijo”.

Juana llegó del municipio de Cancuc para denunciar que ella y su madre son violentadas por su hermano.

El hombre, contó, tramita ante las autoridades ejidales el despojo de la casa y “el solar donde viven porque que las mujeres no pueden ser propietarias ni titulares de derechos agrarios”.

El Centro de Derechos de la Mujer de Chiapas indicó que esos testimonios fueron presentados como muestra de la violencia sistemática, por ende histórica exclusión al acceso, uso y usufructo de la tierra que viven las mujeres en Chiapas.

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