Cancún.- Comunidades, grupos, organizaciones y personas que integran el Congreso Nacional Indígena (CNI) rechazaron el perdón ofrecido hoy por el Estado mexicano a los pueblos mayas en un acto simbólico oficiado en Tihosuco, municipio de Felipe Carrillo Puerto, por el presidente Andrés Manuel López Obrador , al considerar que es “falso” y “cínico”, pues va acompañado de la imposición de megaproyectos como el Tren Maya.

En un comunicado, la Campaña U Jeets’el le Ki’ki kuxtal , que forman parte del CNI, señaló que el Tren fue colocado en manos de militares, simboliza el “progreso” desde la visión neoliberal e implicará la “riqueza para unos pocos”, el probable despojo, la destrucción de formas de vida y la descalificación de los pueblos originarios que se oponen a los llamados “proyectos de muerte” de la Cuarta Transformación .

“De qué sirve pedir perdón a los pueblos mayas, cuando quien pide perdón representa, al igual que Porfirio Díaz, una alianza abierta con las grandes empresas y los militares, la continuación de la devastación de las selvas que nos rodean y que nos otorgan la vida; la contaminación de las aguas que ya no podemos consumir; el despojo del territorio que hemos habitado durante centurias y que nos quieren arrebatar.

“Y la terrible explotación a nuestro pueblo maya a través del llamado ‘desarrollo que esclaviza y mata a nuestros pueblos'. De qué sirve pedir perdón a los pueblos mayas cuando quien pide perdón perpetúa el racismo, la discriminación y el menosprecio a los pueblos; que nos trata como si fuéramos personas sin emociones, sin razón, sin pensamiento, sin posibilidades de decidir por nuestro futuro y el de nuestros pueblos de manera colectiva, horizontal y desde abajo”, cuestionaron.

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La postura, fijada a propósito de la presencia del mandatario federal y de miembros de su gabinete, incluidos gobernadores de Campeche, Chiapas, Quintana Roo, Tabasco y Yucatán -ruta del Tren Maya- remarca que el proyecto representa ua nueva forma de colonizar los territorios de los pueblos indígenas.

Y afirma que se pretende arrebatarles la tranquilidad a cambio del “terror” que se vive en polos turísticos como Cancún, Playa del Carmen, Tulum y ahora Bacalar, “sedes regionales y hasta globales de explotación laboral, inseguridad generalizada, feminicidios, asesinatos, tráfico de drogas y personas”.

“De qué sirve pedir perdón a la Madre Tierra cuando las selvas están siendo literalmente devastadas por el agronegocio, la industria inmobiliaria y turística; por los parques eólicos y fotovoltáicos que solo producen energía para las grandes empresas; por el gran proyecto llamado Sembrando Vida, que no hace mas que sembrar muerte”, reprocharon.

Pedir perdón tendría sentido -remarcaron- si se reparasen y compensaran los daños al pueblo maya, por los errores del presente, por las decisiones actuales que están provocando desastres ambientales en territorios indígenas, como la deforestación de la selva, la muerte masiva de abejas e insectos nativos, la contaminación del manto freático y de la tierra con transgénicos, entre otros.

“No, señor presidente: No aceptamos su perdón. No un perdón cínico y tramposo”, subrayaron al exigir que se respeten los derechos de los pueblos indígenas y el freno al megaproyecto Tren Maya , a la siembra de monocultivos de agricultura transgénica; a las granjas porcícolas que contaminan el agua; a las empesas eólicas y fotovoltáicas que despojan de las tierras; a la industria inmobiliaria y al turismo masivo que devasta la naturaleza.

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“Exigimos que se detenga el desarrollo capitalista en nuestro territorio maya. Nosotras y nosotros, desde la Campaña U Jeets’el le Ki’ki’ kuxtal (el asentamiento de la buena vida/autonomía), proponemos formas de vida, y no proponemos una, sino muchas, las de los pueblos que somos.

“Lo que queremos son autonomías que nos permitan vivir bien, en tranquilidad con la naturaleza. Una vida digna. No queremos que nos pidan perdón. Exigimos el respeto al derecho de ejercer nuestras autonomías”, sostuvieron.

Por separado, desde Felipe Carrillo Puerto, el cronista de Noj Kaaj, Carlos Chablé Mendoza, se sumó a las críticas por el tipo de acto encabezado por López Obrador y dijo que “resulta incomprensible” que los últimos tramos del Tren Maya que pasará por territorio indígena, sean construidos precisamente por el Ejército, que lo administrará al igual que el Aeropuerto Internacional que se construirá en Tulum, beneficiando a los militares con la administración de las ganancias.

“Debo decirle presidente que los recuerdos de la Guerra de Castas aún siguen presentes en la memoria de los abuelos y abuelas mayas masewales, no olvidaron la persecución y el exterminio padecidos, fueron los waches, soldados, los que lo hicieron bajo las órdenes de crueles jefes militares entre los que se cuenta al chacal Victoriano Huerta”, manifestó en una carta abierta dirigida al mandatario.

Al dirigir a usted estas líneas irremediablemente viene a mi memoria que entre 1992 y 2016, tres jefes del Vaticano pidieron perdón en diferentes países por los pecados cometidos contra los pueblos originarios incluido el maya peninsular, durante la invasión, conquista y evangelización. Pese a ello los adoctrinamientos, de la iglesia católica como de otras iglesias cristianas, siguen haciéndose hasta ahora sin respeto a la cosmovisión y espiritualidad indígenas.

“La deuda del Estado Mexicano es enorme y aún está pendiente de ser saldada (…) no basta que el Estado mexicano pida perdón, pues existen todavía secuelas de la invasión, conquista y colonización que deben ser reparadas, entre estas los daños sufridos por los mayas durante la llamada Guerra de Castas.

“Se requiere restituir, resarcir los recursos naturales, materiales y humanos de los que fue despojado el pueblo maya peninsular, pues gracias a ese despojo y al etnocidio padecido por los mayas varias élites regionales, nacionales y extranjeras aún viven en una opulencia criminal”, señaló.

Chablé Mendoza añadió que la construcción del Tren en territorio maya, y otros megaproyectos similares, impuestos en otras regiones del país como Oaxaca, van en el mismo sentido de invadir, despojar y destruir recursos naturales de los territorios indígenas.

“Terminaré exigiendo que se detengan los proyectos en los que, como en el caso del Tren, se invierten recursos millonarios que son necesarios para vacunar más pronto a toda la población del país, para impulsar suficientemente la agricultura indígena y campesina, fortalecer los sistemas de salud, de abasto de medicamentos y mercancías, la educación intercultural indígena, para resolver problemas de vivienda y atender temas urgentes como los feminicidios e inseguridad”, añadió.

afcl

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