Cuilápam de Guerrero, Oax.— A Guerrero y Oaxaca los une la geografía, historia y cultura, así como los desafíos de la pobreza y el atraso, pero sobre todo el coraje, la decisión y la voluntad para vencer la adversidad, por lo que trabajan para llegar a mejores estadios de desarrollo.

Así se puso de manifiesto en la ceremonia conmemorativa de los 189 años de la muerte del general Vicente Guerrero Saldaña, consumador de la Independencia de México, que fue presidida por los gobernadores Héctor Astudillo Flores, y Alejandro Murat Hinojosa.

En el evento se recordó el legado de lucha de Vicente Guerrero y se le reconoció como el símbolo de unidad. También se habló de la solidaridad y del cariño fraterno entre estos estados, que hoy representan un nuevo horizonte para el sur de México.

En el mensaje que emitió el gobernador Astudillo Flores, afirmó que a Oaxaca y Guerrero los une la geografía, la historia y la cultura, pero “nuestros pueblos han sobrevivido a las peores calamidades como son: la esclavitud, el despojo, la marginación y la desigualdad”.

Por su parte, Murat aseguró que Oaxaca y Guerrero comparten kilómetros de litoral con gran riqueza, pero “también una histórica condición de pobreza y abandono que hoy, juntos y solidarios, estamos revirtiendo”.

Además, poco después de su arribo a esta comunidad, el gobernador guerrerense recibió la investidura de Visitante Distinguido, por parte de las autoridades de Cuilápam de Guerrero y el bastón de mando.

El gobernador Héctor Astudillo Flores agradeció la distinción, acompañado de la presidenta del DIF-Guerrero, Mercedes Calvo.

Cuando concluyó la ceremonia, ambos mandatarios colocaron una ofrenda floral y montaron guardia de honor en el obelisco a Vicente Guerrero Saldaña, mientras integrantes del Sexto Regimiento de Artillería de la Octava Región Militar presentaron una salva de fusilería.

Posteriormente, Astudillo Flores, acompañado de su colega Murat Hinojosa, entregó el monumento y placa conmemorativa al general Vicente Guerrero Saldaña, obra realizada en bronce por el escultor oriundo de Tierra Caliente, Guerrero, Miguel Ángel Rivero Mendoza.

El monumento mide 5 metros de altura y pesa 1.8 toneladas, mientras que la placa es de 80 centímetros alto por un metro de ancho.

Al respecto, el alcalde de Cuilápam de Guerrero, Diego Moisés Pérez de la Cruz, manifestó que los habitantes de esta comunidad oaxaqueña “aman al héroe insurgente que donó su sangre por la libertad de los mexicanos”.

Testigos de todo ello fueron los coordinadores de las fracciones parlamentarias del Congreso de Guerrero, invitados especiales y representantes de las Fuerzas Armadas.

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