Tuxtla Gutiérrez.— En el ejido de Nueva Tacuba, del municipio de Chilón, la tierra no deja de moverse y a los habitantes les preocupa que ésta se abra más ante los deslaves y las grietas provocados por las lluvias recientes, por lo que pobladores y autoridades piden la reubicación de 39 familias cuyas viviendas colapsaron o tienen daños mayores.

Autoridades comunitarias indicaron que a la incertidumbre por los hogares destruidos se añaden la falta de servicios básicos y la desatención institucional.

Fuentes de Protección Civil de Chiapas informaron que el deslizamiento parcial de una ladera destruyó y afectó a 31 casas en esa zona, debido a las lluvias que ocasionaron el frente frío número 11 y la tormenta tropical Eta.

El reporte oficial consignó que los daños se registran en el barrio Gemel, donde cinco viviendas colapsaron y 26 más están inhabitables y en riesgo de caer.

Pedro Gómez Sánchez, secretario del comisariado ejidal, dijo que las 39 familias afectadas “están en la calle” y refugiadas con familiares y amigos. Desde hace algunos días, aseguró, en la zona “ya no se duerme contento por la preocupación de que se abra la tierra”.

La población, detalló la autoridad comunitaria, carece de energía eléctrica y agua potable, lo cual dificulta la comunicación. Los daños a la carretera les causan problemas para ingresar y salir.

En el mismo tono, Juan Gómez Sánchez, presidente del comisariado ejidal, aseveró que no tienen agua potable, luz eléctrica ni caminos.

Sebastián Sánchez Méndez, presidente del Patronato de la carretera y energía eléctrica, pidió la intervención de los tres órdenes de gobierno, “pero no nos hacen caso. Necesitamos que los especialistas dictaminen qué es lo que está pasando, porque sólo han llegado funcionarios de Protección Civil de Chilón” y no se conocen aún los resultados de los estudios.

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