Chihuahua.— Martha Alvarado es enfermera. Por años ha tenido que trabajar en el turno nocturno, pues en el día debe cuidar y acompañar a dos de sus hijos, quienes tienen discapacidad intelectual: Ricardo, de 10 años de edad, y Karen, de 15.

El caso de la menor es más delicado que el de su hermano, pues tiene el desarrollo intelectual de una persona de cinco años.

Aunado a ello, se le presentó un adenoma hipofisario (tumores benignos de lento crecimiento que se originan en las células que forman la glándula hipófisis), lo que le ha causado complicaciones de salud.

“Es un golpe muy fuerte, nunca estás preparado para tener dos hijos con discapacidad y los he sacado adelante como Dios me ha dado a entender”, platica Martha, quien al estar divorciada sólo cuenta con el apoyo moral y económico de sus dos hijas mayores.

A pesar de todos los problemas que Martha debe resolver en el día a día, ella organiza sus actividades de acuerdo con lo que sus dos hijos quieren hacer.

Martha tiene 28 años trabajando en el Hospital Central y comenta que espera ansiosa su jubilación para poder dedicarle más tiempo a sus hijos.

“Ahorita estoy preocupada por el adenoma de Karen. No sé qué otros problemas se le vayan a presentar y me urge jubilarme para poder estar 100% con ellos. Soy mamá de tiempo completo, pero aun así siento que a veces me falta tiempo para ellos”.

Karen y Ricardo son parte del equipo de Special Olympics Chihuahua, participan en lanzamiento de bala, atletismo, gimnasia rítmica y natación, actualmente se preparan para competir en Puerto Vallarta.

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