Chilpancingo.— Hace unos 15 días, a la comunidad ñomndaa de Zacualpan, Ometepec, en la Costa Chica de Guerrero, llegó un grupo de hombres ofreciendo trabajo en condiciones inusuales: por sólo pararse algunas horas en una caseta de peaje ganarían mil 500 pesos por dos días, además les pagarían la alimentación y el hospedaje.

Al menos una decena de jóvenes y adolescentes de este pueblo no resistieron la oferta.

La primera vez, los llevaron a tomar la caseta de peaje de Alpuyeca, Morelos, en la carretera de cuota Acapulco-México. Todo salió bien. Regresaron contentos y con mil 500 pesos en la bolsa.

Llegó la segunda invitación y de inmediato aceptaron, ni lo dudaron. Otra vez a la caseta de peaje de Alpuyeca. Todo iba bien.

“Me dijo que le había gustado, que no era pesado, que incluso la gente que pasaba por la caseta hasta les regalaba refrescos”, cuenta la familiar de uno de los jóvenes que hoy está detenido, acusado de daños, lesiones y secuestro.

Todo iba bien hasta ese lunes, cuando el chofer de un autobús se negó a dar la cuota. “Me dijo que en ese autobús iban varios borrachos, que comenzaron a discutir y que uno los amagó con un arma, que por eso le comenzaron a tirar las piedras”, cuenta la familiar.

Al día siguiente, 20 de octubre, policías federales y del estado de Morelos encabezaron una operación para liberar la caseta: detuvieron a 78 personas, 61 de ellos de Ometepec y Chilpancingo.

La fiscal especializada en Combate al Secuestro y Extorsión de la Fiscalía General de Morelos, Andriana Pineda Fernández, relacionó a este grupo con una organización criminal que opera en Guerrero.

Un juez de Control los vinculó a proceso por daños y lesiones, por el ataque al autobús, y secuestro, porque presuntamente retuvieron a los choferes de los camiones en los que viajaban.

El viernes, una vecina de Zacualpan estuvo en la audiencia en el juzgado de Cuernavaca y también pudo ver a su familiar y hablar unos minutos con él.

“Estaba muy golpeado, estaba triste porque nunca pensó que iba a pasar esto”, dice.

Recuerda también haber alcanzado a ver a adolescentes que estaban muy lastimados.

Hoy, 27 de octubre, estará de nuevo en la audiencia en Cuernavaca. Espera buenas noticias: están tratando de convencer a los administradores del hotel donde se hospedaron para que entregue los videos donde se demuestra que los choferes de los autobuses siempre estuvieron libres.

De los detenidos, ocho son de Zacualpan y dos son menores de edad. Todos, dice la mujer, se fueron porque en su pueblo no hay trabajo.

De la comunidad de Barranca Honda, también en Ometepec, son cinco de los detenidos, dos son menores, estudiantes de la telesecundaria del pueblo.

El domingo pasado estuvo en ese pueblo el secretario de Asuntos Indígenas y Afromexicanos de Guerrero, Javier Benito Rojas. Ahí le contaron que el sábado 17 de octubre llegó un hombre que por las bocinas del pueblo ofreció trabajo: 300 pesos por día para ir a trabajar a los campos agrícolas en Morelos.

Al día siguiente, salieron los cinco hacia Morelos, pero no llegaron a ningún campo agrícola, sino a la caseta de Alpuyeca.

“Lo que me contaron es que cuando se dieron cuenta de que los llevaron a un plantón se querían regresar, llamaron a sus casas para que le enviaran dinero pero no pudieron y se tuvieron que quedar. El martes ya estaban detenidos”, relató el secretario.

Señaló que los cinco de Barranca Honda apenas y hablan español, se comunican en su lengua materna, el ñomndaa.

El funcionario aseguró que pidió la intervención de la Comisión Estatal de los Derechos Humanos de Guerrero y Morelos para que les asignen peritos traductores de su lengua.

“Yo sólo espero que respeten sus debido proceso y que les den la oportunidad de defenderse, porque a varios se los llevaron con engaños”, indicó.

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