Huehuetán.— En el segundo día de caminata de la caravana que partió de Tapachula el pasado lunes integrada por siete mil migrantes, organizaciones humanitarias y el sector salud están preocupadas por las enfermedades crónicas que presentan los menores de edad.

Visiblemente cansados, tras caminar desde las cuatro de la madrugada unos 20 kilómetros, el contingente de hombres, mujeres y niños llegó al parque de este poblado para tomar un descanso.

Los migrantes provenientes principalmente de Honduras, Venezuela, Cuba, Colombia, Haití, Perú, Guatemala y El Salvador instalaron casas de campañas para tratar de resguardarse de las fuertes lluvias y vientos que azotarán en las próximas horas, provocadas por la tormenta tropical Pilar.

La mayoría de los niños, algunos en edad de lactancia presentan enfermedades de vías respiratorias, problemas de alergias e infecciones de neumonías adquiridas dentro de la comunidad migrante en el transcurso de su viaje, explicó el médico de Desarrollo Integral para la Familia (DIF), Mario Guzmán.

“La situación es crítica con los pequeños porque no hay medicamentos, se quiere dar la atención primaria, pero los insumos de medicamentos son insuficientes, no nos damos abasto”, indicó en entrevista con EL UNIVERSAL.

Abundó que en el transcurso del viaje los menores van adquiriendo infecciones y como no son tratados, van empeorando.

“Hay bebés en situaciones críticas que necesitan apoyo inmediato de un segundo nivel para que sean hospitalizados, pero lamentablemente no se puede hacer más en este momento”, expresó con preocupación el médico.

La Secretaría de Salud de Chiapas también instaló una carpa para brindar atención médica y medicamentos de primer nivel a la población migrante de la caravana.

El médico Alberto García Pérez indicó que la mayoría de los menores de edad presentan cuadros de deshidratación y diarrea como consecuencia de la alimentación en la calle que han tenido en el camino y el consumo de agua no purificada, así como de enfermedades en la piel debido a que se bañan en ríos contaminados.

En los adultos prevalecen los dolores musculares y ampollas en los pies por las largas horas de caminata hacia el norte.

Organizaciones no gubernamentales como Vamos Juntos también instalaron un módulo de atención médica, con un equipo de dos nutriólogos, tres doctores, una enfermera y un sicólogo que otorgan vitaminas o medicamentos a la población migrante que lo requiere.

Señalan que atienden menores con cuadros de diarrea, deshidratación, desnutrición, anemia, mareos, vómitos, gripe y tos.

Médicos del Mundo se sumó a la atención de los migrantes con curaciones de heridas de ampollas y quemaduras por el sol, así como la rehidratación con suero oral. El Comité Internacional de Rescate (IRC, por sus siglas en inglés) también instaló un punto de rehidratación y recargas de celulares.

Esta madrugada, la caravana reanudó su caminata hacia Huixtla.

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