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Gómez Palacio.— Martha López quiere hacer muchas cosas. Y entre varias de ellas ya corrió dos maratones, subió a lo más alto de la montaña La Malinche, rodó en bicicleta 14 días de Ensenada a La Paz y ahora, con una ceguera casi completa, se lanzó a rodar en motocicleta por las carreteras del país.

Martha, de 54 años, tiene una actitud jovial. Es parte de “Rodada sin límites de México”, un grupo de 23 bikers con alguna discapacidad que decidieron salir a las carreteras para impulsar el mensaje de inclusión. Partieron de la Ciudad de México.

Ya llevan varios días recorriendo distintas ciudades, y ayer llegaron a Gómez Palacio, Durango. Hay otra persona con ceguera, cinco amputados, tres con discapacidad motriz y una persona con parálisis cerebral.

Martha —cuenta— adquirió la ceguera hace 15 años a causa de un medicamento mal administrado que tomaba para el reumatismo. “Sí me controló, pero me fastidió la vista”, dice. Lo único que ve es luz, pero le molesta, afirma. Ya no distingue ni siluetas.

“He hecho más cosas que antes. No ha sido impedimento”, comenta entusiasmada. Martha no era aficionada al motociclismo, pero la invitaron al reto y aceptó con gusto. “Me ha gustado vencer mis miedos, mis retos”, platica.

Asegura que con todo lo que ha hecho ha mejorado su salud y por eso decidió incluirse en el desafío de rodar en moto.

La “Rodada sin límites” tiene estimado llegar a 25 ciudades del país. En cada una los recibe algún grupo de bikers de la localidad. En Gómez Palacio también la alcaldesa, Marina Vitela les dio la bienvenida. “Me ha gustado mucho la comunidad biker, el recibimiento, nos han protegido, nos han alimentado. En cada ciudad nos reciben de una forma maravillosa”, añade.

Martha se sube a la motocicleta junto al piloto José Alfredo Camacho, quien tiene una prótesis en la pierna izquierda. Lo conoció hace unas semanas cuando comenzó a entrenar, pero recalca que tiene confianza plena en él.

Para Martha, el mensaje que buscan dar es que todas las personas deben seguir luchando.

Orgullo. Para Jaime Uribe, rodar en motocicleta con una pierna amputada significa mucho orgullo, cree que con ello, puede hacerle ver a la gente que no hay límites.

Jaime es un sobreviviente del terremoto del 19 de septiembre de 2017 en la Ciudad México. En el temblor, perdió la pierna.

Cuando le dijeron que lo amputarían, pensó que ya no podría bailar. Por eso, cuando le hablaron del proyecto, que podía manejar una moto, no lo creyó. “Le hicieron una adaptación en la palanca izquierda para poder meter las velocidades, ya tuve dos accidentes pero seguimos, también le pusieron llantas adicionales automáticas”, platica Jaime, quien a diferencia de otros compañeros no usa prótesis.

“Cuando me dijeron de qué trataba no pude negarme”, recuerda. Le motivó dar el mensaje de inclusión. “Hacemos esto por mucha gente que está en nuestras condiciones, que no tiene una ayuda más que su familia. Queremos apoyo para promover la inclusión”, dice.

Para Jaime su familia ha sido un pilar para superar la pérdida de su pierna. Insiste en que es un orgullo representar a gente con discapacidad, porque cree que refleja que es posible salir adelante.

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