El encargado del Tren Maya en Quintana Roo, Pablo Careaga, defendió la viabilidad del proyecto, la capacidad del Fondo Nacional de Fomento al Turismo (Fonatur) para sacarlo adelante y el mecanismo del Fideicomiso de Inversión y Bienes Raíces (Fibra) para financiarlo e incorporar a ejidatarios en los presuntos beneficios sociales que atraerá la obra ferroviaria e inmobiliaria.

En entrevista con EL UNIVERSAL , el funcionario desestimó las declaraciones hechas semanas atrás por la titular de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) , Josefa González Blanco Ortiz Mena, quien dijo públicamente que el Tren Maya era “sólo una idea”, “sin trazo fijo”.

“Es muy desafortunado el comentario de la secretaria de Medio Ambiente cuando dijo que no había trazo. Me sorprendió, incluso, porque ella conoció el trazo desde hace ya varios meses. Que se estén haciendo los estudios para confirmar que ese trazo es viable, eso es otra cosa, pero hay un trazo.

“Ella conoce el proyecto y sabemos exactamente por dónde queremos que pase, se va por los derechos de vía de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) en la carretera y ahorita se está en la fase de estudios para ajustar el proyecto a la realidad del territorio”, expresó.

El funcionario refutó también las dudas planteadas sobre cómo funciona el Fibra y el presunto perjuicio que provocará su aplicación, en beneficio de las empresas que inviertan, sin ganancias para el país, de acuerdo con la doctora Linda Ambrosie.

En opinión de Careaga, el mecanismo garantizará transparencia a los participantes, permitiendo que, una parte de ellos aporte dinero, otra sus tierras y una más, recursos públicos; el funcionario consideró que las críticas vertidas obedecen a que no se ha entendido adecuadamente el mecanismo y que el esquema de este tipo de fideicomisos, no se conoce del todo.

“La Fibra en el Tren Maya va a permitir que cualquier tipo de inversionista, sea pequeño o grande, invierta dinero o su tierra a ese fideicomiso y éste se va capitalizando con el aporte. Esto es un proyecto de inversión social y democratización del capital.

“Tendremos dos tipos de inversionistas: los que aportan tierra y dinero, desde capitales pequeños, con 5 mil, 10 mil pesos, hasta los de miles de millones de pesos. Esto le abre la puerta a la sociedad en general para participar en el proyecto y no ser un simple empleado o alguien que vendió su tierra, se gastó el dinero y siguió igual”, indicó.

Manifestó que en lugar de que el gobierno compre la tierra a los ejidatarios, estos la sumarán al Fibra como socios del Tren Maya , teniendo así preferencia, voz y voto sobre el megaproyecto. Esos terrenos serán rentados a otro tipo de inversionistas y el dinero será la ganancia permanente para los socios y dueños originales de la tierra, agrupados en el Fideicomiso .

“Pensemos que en los setentas todo Cancún hubiera sido parte de un ejido y en lugar de que el gobierno hubiera comprado la tierra, desarrollara y luego vendiera los lotes ya lotificados, a Marriot, a los Palace… Les hubiera dicho a los ejidatarios que aportaran su tierra para volverse socios de Fonatur .

“Y en esa línea, imagina que en lugar de venderle a las cadenas hoteleras, les hubiera rentado los lotes. La ventaja para el hotel es que no gasta en la compra de un terreno, la ventaja para Fonatur y sus socios es que gana con una renta de un millón de dólares anuales, por decirte algo, de 30 a 50 años, e impone reglas y condiciones para su uso. Los ejidatarios siguen siendo dueños del terreno, junto con Fonatur y los que sean socios de la Fibra”, detalló.

Ese será el nuevo modelo de desarrollo del Fonatur en México, dijo, no sólo en el caso del Tren Maya , que además de la vía férrea incluye desarrollo inmobiliario en sitios como Calakmul, en donde se contempla la instalación de cinco a siete poblados de apoyo.

“No vamos a comprar la tierra a nadie, vamos a asociarnos con los dueños de la tierra”, agregó.

Aseguró que existe solvencia técnica del Fonatur para encabezar el proyecto que, como todos, nace inicialmente como una idea que en el camino se nutre, se corrige, se robustece y fundamenta a través de los estudios pertinentes.

“En esa etapa estamos nosotros. Tenemos un anteproyecto conceptual bastante bien aterrizado, que es el que se ha estado socializando. Se han hecho varios estudios: de mecánica de suelo, de demanda, financieros, técnicos y faltan muchos más”, declaró.

Añadió que para acompañar los trabajos del Tren Maya e incluir a especialistas que emitan observaciones y sugerencias se conformará, a nivel local, un Consejo Asesor Científico, sumado a la integración de comités municipales, de los cuales está listo el de Tulum y Chetumal, se integra el de Felipe Carrillo Puerto; el de Bacalar es el más avanzado, y faltan Cancún y Playa del Carmen.

En paralelo se desarrollarán los procesos que tiene que seguir el proyecto, en lo general, como lo son las consultas indígenas que mandata el Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).

“En esta primera etapa pensamos en los foros. Durante el primero hicimos una presentación muy generalizada sobre el proyecto y en la segunda etapa, a mitad del año, haremos foros más especializados, además de integrar un Consejo Asesor Científico.

etp

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