San José.— Ayer, el gobierno de Honduras intentó reforzar la seguridad limítrofe con Guatemala para contener el flujo irregular de viajeros a Estados Unidos, por lo que retuvo a 60 menores de edad y capturó a dos presuntos organizadores de una caravana, en la que unos mil 900 migrantes hondureños —sin visa y a pie— salieron el lunes pasado desde San Pedro Sula. Pese a las medidas, se dejó pasar a unas 400 personas sin ningún control a territorio guatemalteco.

Un informe de la Policía Nacional de Honduras, en poder de EL UNIVERSAL, reveló que aunque unos mil 500 pasaron en forma pacífica entre las 21:00 horas del lunes y las 16:00 de ayer por el puesto de Agua Caliente —área central de la frontera con Guatemala—, otras 400 cruzaron “el primer cordón de seguridad”, a las 17:00 horas, sin registrarse en el Instituto Nacional de Migración y Extranjería. (INME).

Sobre los detenidos, la cancillería hondureña reportó que el INME retuvo a los menores en Agua Caliente, “por no portar la documentación correspondiente” cuando pretendían salir a Guatemala en la caminata. De los 60, 10 iban sin compañía de sus padres y fueron entregados a una institución gubernamental para que procese el caso.

El subdirector de Migración de Honduras, Carlos Cordero, recordó que para que un menor salga de ese país “debe tener pasaporte vigente y, en caso de no viajar con sus padres, llevar una autorización notariada”.

Por su parte, el general Orbin Galo, subdirector de la Policía Nacional, negó que el objetivo del control sea impedir que la población salga de su país y afirmó que se busca “evitar incidentes o accidentes de vehículos sobrecargados”.

Esta movilización de migrantes es la tercera que ocurre desde el pasado 13 de octubre. Quienes forman parte del éxodo aseguran que huyen de la violencia.

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