Morelia.— Antonio Casillas Garibay, subdirector de Obras Públicas del ayuntamiento de Zamora, fue asesinado a tiros la mañana del martes en ese municipio, ubicado en la colindancia con Jalisco.

El homicidio ocurrió en el estacionamiento de la Dirección de Obras Públicas, que se ubica en la calle Labastida del fraccionamiento Real Valencia, a 184 kilómetros de la capital michoacana.

Testigos señalaron que en el ataque sólo vieron a un hombre, quien disparó contra Casillas Garibay. El funcionario murió de inmediato.

Matan a padre y tres hijos. En otro hecho de violencia, un grupo armado asesinó a cuatro integrantes de una familia en la comunidad de Pichilinguillo, en el municipio de Aquila.

Las autoridades locales informaron que personas al servicio de un grupo criminal ingresaron al restaurante La Perla y dispararon con rifles de alto poder.

Las víctimas fueron identificadas como Guadalupe C. —uno de los propietarios del comercio— y sus tres hijos, Ismael C., Heriberto C. y Ricardo C., de 50, 23, 26 y 30 años de edad, respectivamente.

En las investigaciones no se descarta que el crimen esté relacionado con el asesinato de la activista Zenaida Pulido Lombera, ocurrido el 10 de julio.

EL UNIVERSAL dio a conocer el pasado 23 de julio que el homicidio de la también empresaria fue parte de un “juicio criminal” al margen de la ley, perpetrado por una célula de Los Caballeros Templarios.

Como si fuera autoridad, ese grupo del extinto cártel intervino en un conflicto legal entre dos familias por unos terrenos; una de ellas era la de Pulido Lombera.

La otra parte involucrada en el conflicto era la familia que este martes fue asesinada, por lo que las autoridades ya indagan la relación entre ambos sucesos.

Desde ese entonces, habitantes y autoridades comunales adelantaron que por la serie de asesinatos y desapariciones que han ocurrido en los últimos tres años los habitantes se volvieron a armar para autoprotegerse.

Destacaron que, tras el homicidio de la activista y la desaparición de las personas, integrantes de ambas familias en conflicto ya se agruparon, armados. Por ello, advirtieron que en cuestión de días o semanas los pobladores se volverían a levantar en armas para combatir a grupos del crimen organizado.

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