Bruselas.— A tres semanas de que el huracán Otis devastara Acapulco, no se dispone de un reporte oficial que permita conocer con exactitud la magnitud de la destrucción y las necesidades para emprender soluciones sostenibles a mediano y largo plazos, sostiene la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de Naciones Unidas (OCHA).

“Los líderes del sector informan de lagunas en la información y de la necesidad de una evaluación exhaustiva de daños y necesidades”, indica la agencia de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) que se encarga de coordinar a las distintas instancias humanitarias para intervenir de forma coherente en situaciones de emergencia.

Más de 130 organizaciones privadas, sociedad civil e instancias no gubernamentales se coordinan en respuesta a la tragedia.

En el resumen semanal, con corte al 13 de octubre, OCHA deja constancia de que el gobierno mexicano no ha realizado un llamado de ayuda internacional. Señala que la asistencia humanitaria a las zonas afectadas se está proporcionando bajo el mando de las Fuerzas Armadas, concretamente a través de un centro de mando instalado en la XII Zona Naval de Acapulco.

Como dato más relevante, reporta que 30 personas seguían desaparecidas, 10 menos de lo notificado el 7 de noviembre, en tanto que el número de fallecidos asciende a 48 personas, una más en comparación al informe anterior.

El organismo divulgó el pasado 8 de noviembre un informe sobre los daños y necesidades. El reporte fue realizado en colaboración con las agencias, los programas y los fondos del sistema de Naciones Unidas.

El documento identificó brechas y limitaciones en la respuesta a la crisis en los rubros de agua, saneamiento, higiene, educación, salud, nutrición, protección civil y reconstrucción del patrimonio cultural.

En materia de acceso al agua, alertó sobre la falta de financiamiento para realizar reparaciones en los sistemas de potabilización y tratamiento. Estima en 21 millones de dólares el costo, sólo en Acapulco, de los daños causados.

En educación hace referencia a la exclusión del sector en el Plan General de Reconstrucción y Apoyo publicado por el gobierno federal; “faltan las acciones para la continuidad educativa, reconstrucción de la infraestructura física educativa u otro apoyo para el sector”. Reporta daños en 292 planteles.

En el rubro de salud dice que es necesaria una gestión de los cadáveres y una clasificación de las causas del fallecimiento, así como un registro de defunciones y lesionados. También falta información sobre desplazados, y conocer la incidencia de enfermedades transmisibles y no trasmisibles después del desastre.

El Laboratorio Estatal de Salud Pública de Guerrero carece de reactivos e insumos para la vigilancia de enfermedades transmisibles, y hay desabasto de medicamentos y vacunas. El huracán afectó a 120 establecimientos de salud.

Pone además el reflector en la necesidad de financiamiento para continuar o comenzar con las actividades de diversos actores. Instancias como UNICEF y World Vision han respondido con una unidad médica móvil y la entrega de kits con alimentos y filtros de purificación de agua, respectivamente.

En el contexto de la protección a la niñez y combate a la violencia de género, falta información estadística y desagregada. Por ejemplo, no hay datos desagregados sobre el número de personas afectadas por segmentación demográfica.

Otis afectó 273 mil 844 viviendas, de las cuales 50 mil entran en la categoría de pérdida total. La población expuesta a los daños se estima en 928 mil 252 mil personas.

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