Cuenta la leyenda maya que Xtabay es una mujer hermosa que seduce con cánticos y frases a todo hombre que deambula por la selva, para luego destrozarlos con crueldad.

Cuando la cineasta Yulene Olaizola conoció la historia, se dio cuenta que era lo que le faltaba para cuadrar la idea de una nueva película que ubicaría en los años 20, en la frontera en México y Belice, que tuviera como protagonista a un grupo masculino buscando chicle de los árboles y narrar cómo cambia su vida al llegar una chica.

Así confeccionó Selva trágica, película que estrena esta semana en Netflix, tras unos días proyectándose en las cinetecas Nacional y de Guadalajara.

“Había ido de vacaciones a la frontera,me llamó la atención hacer algo ahí, después leí el libro Caribal de Rafael Heredia y luego encontré el mito y éste le aportó el sentido onírico, fantasía y misticismo”, cuenta.

Entonces comenzó a escribir el guión.

Para el papel femenino, que va huyendo de un matrimonio arreglado, Yulene siempre quiso encontrar a una chica de Belice, país donde casi no hay medio audiovisual. Y encontró a la debutante Indira Rubie Adrewin.

“Decidimos filmar en la selva donde, por más que te prepares, nunca está lista para ella. Por eso quería actores locales, que conocieran el ambiente y se desenvolvieran de manera natural en ese contexto”, comenta la realizadora.

Selva trágica es la quinta película de la directora egresada del Centro de Capacitación Cinematográfica.

La cinta obtuvo en el Festival de Cine de Venecia, junto con la Berlinale y Cannes, los galardones del Jurado de Críticos Independientes y el Sorriso Diverso, como Película Extranjera de Interés Social.

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