Hace un mes el Senado mexicano aprobó la “Ley Olimpia” que reconoce a la “violencia digital” como un delito.

La ley que comenzó como un proyecto de reforma para Puebla hoy aplica en 25 estados de la República Mexicana ; contempla los derechos de la intimidad personal y el ejercicio libre de los derechos sexuales .

Esta legislación castiga el hostigamiento, difusión de contenido sexual sin consentimiento , el ciberacoso y otros actos dolosos que causen daño a la intimidad, privacidad y/o dignidad de las mujeres a través las tecnologías de información y comunicación.

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Aplica entre otras sanciones, hasta seis años de cárcel para quien distribuya material sexual sin la aprobación de la persona que lo protagoniza.

“Los juzgados y ministerios públicos ordenarán de manera inmediata la interrupción, bloqueo, destrucción, o eliminación de imágenes, audios, o vídeos, solicitándolo por escrito a redes sociales, medios de comunicación, páginas de Internet y plataformas digitales”, dicta la nota legislativa.

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Es por eso que ante la filtración del video íntimo de Gabriel Soto muchos usuarios de redes sociales han hecho mención de esta ley, que debe ser un derecho para todos los ciudadanos, no sólo de las mujeres.

Además están haciendo un llamado a promover la conciencia de la interacción con este tipo de publicaciones en plataformas digitales, pues aunque la ley sólo castiga al responsable de divulgar el material, también es una afectación al hecho de interactuar y compartir.

La historia de la Ley Olimpia

Este decreto surgió a partir de la divulgación de un video de Olimpia Coral Melo Cruz . La joven originaria de Huauchinango, Puebla, tenía 18 años cuando un clip íntimo que había compartido con su exnovio fue difundido.

“Un periódico local se vendió como pan caliente con una portada en la que decían que yo, una chica que tenía futuro, ‘estaba quemada en las redes sociales’. Lucraron con mi cuerpo. Cada día me llegaban a mis redes sociales solicitudes de hombres que me pedían sexo, me empezaron a llamar ‘la gordibuena de Huauchinango’ y después, cuando el escándalo se hizo más grande, ‘la gordibuena de Puebla’", contó Olimpia en 2019.

Olimpia se sintió acorralada tras no tener forma de denunciar el acoso y violencia que estaba recibiendo por parte de la sociedad, sobre todo porque se trataba de un caso que sucedía de manera virtual y sentía que no podría defenderse si ella misma decidió grabar el video. Fue entonces que encaminó la iniciativa junto a otras mujeres.

nrv

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