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En el verano de 1970, José Feliciano ya era una figura internacional, pero atravesaba uno de los momentos más complejos de su carrera. De ese contraste nació una de las canciones navideñas más universales de todos los tiempos.
A finales de los sesenta, ya era una estrella internacional. Su versión de “Light My Fire” lo había llevado a lo más alto de las listas y lo consagró como uno de los guitarristas más originales de su generación. Pero en octubre de 1968, una interpretación alteró el rumbo.
Durante un partido de la Serie Mundial de béisbol, Feliciano interpretó el himno estadounidense con influencias de blues, soul y jazz. Llegaron los abucheos, las críticas feroces y, peor aún, un boicot: las estaciones de radio dejaron de programarlo.
Rick Jarrard, su productor y amigo, insistió en que escribiera un tema navideño para un álbum que terminaría llevando el mismo nombre.
No buscó escribir la gran canción navideña. Buscó decir lo que sentía. Y lo que sentía cabía en una frase sencilla: “Feliz Navidad, próspero año y felicidad”.
Con su guitarra acústica en mano, Feliciano armó la canción en menos de diez minutos. El estribillo repetía el deseo en español. El puente, una línea en inglés: “I wanna wish you a Merry Christmas from the bottom of my heart”.
A los ejecutivos les preocupaba que la canción no encajara en ningún mercado: demasiado simple para el pop, demasiado “americana” para el latino, demasiado española para el anglo.
El productor Rick Jarrard fue quien insistió en grabarla y lanzarla como parte del álbum. El tiempo le dio la razón. Tras su estreno, la canción comenzó a sonar en radios, fiestas y reuniones familiares.
El escándalo del himno nacional que marcó a José Feliciano
“Feliz Navidad” llegó después de un golpe duro para Feliciano. En 1968, su versión del himno nacional estadounidense durante la Serie Mundial de Béisbol provocó rechazo, críticas y hasta llamados a boicot.
Ocurrió en 1968, durante un partido cuando fue invitado a interpretar el himno nacional de Estados Unidos. Su versión, alejada del canon solemne, cargada de blues, soul y una lectura personal desató abucheos inmediatos en el estadio y una tormenta mediática que no tardó en escalar.
Con el tiempo, Feliciano explicaría que su intención nunca fue provocar, sino cantar desde la emoción y desde la herencia musical que lo había formado.
Más de cinco décadas después, “Feliz Navidad” sigue regresando cada diciembre. Entra de forma recurrente a las listas de Billboard, es la única canción de un artista latino presente en el Holiday 100 y ha sido versionada por artistas de todos los géneros y generaciones. En 2009, el tema ingresó al Salón de la Fama de los Grammy.
Desde Céline Dion, Michael Bublé, Raphael y Gloria Gaynor, hasta adaptaciones inesperadas que van del K-pop al metal, el tema ha demostrado una capacidad única para reinventarse sin perder su esencia.
Hoy, con más de seis décadas de carrera y múltiples premios, José Feliciano sabe que esa canción escrita casi “de broma”, como él mismo ha dicho, terminó definiendo su legado.
melc
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