Ironía, exceso, color, extravagancia... todo estaba permitido para la Gala del MET 2019 y las celebridades supieron sacar provecho. Pero fue Lady Gaga la que desde el comienzo de la tarde-noche demostró por qué fue una de las anfitrionas.

Con la ciudad de Nueva York como testigo, el Museo de Arte Metropolitano (el MET, como se le conoce) estaba listo para el llamado “Oscar de la moda”.

Con la idea de que algo que es tan malo al final termina siendo bueno, el tema de la noche fue Camp: notes on fashion, un concepto inspirado en el ensayo de Susan Sontag Notes on camp. Bajo esa idea, las posibilidades para llevar al extremo la imaginación estaban puestas.

Luego de que la organizadora del evento y directora de Vogue, Anna Wintour, hiciera su aparición luciendo un vestido con miles de plumas, llegó el que sería el performance de la noche.

Si algo dejó claro la cantante Lady Gaga es que desfilar por la gala va más allá de simplemente recorrer la alfombra y posar para las cámaras.

Custodiada por un grupo de hombres en traje negro, quienes ondeaban sombrillas, la intérprete de “Shallow” lució un largo vestido en color rosa con un moño en la cabeza; el maquillaje no podía ser menos extravagante, por ello unas largas pestañas y lágrimas doradas hacían que sus ojos no se perdieran entre el atuendo del diseñador Brandon Maxwell.

Si ya todos los ojos estaban puestos en Lady Gaga, todavía faltaban más sorpresas.

La cantante sorprendió al lucir cuatro looks distintos: el vestido rosa, uno negro esponjado sólo de un lado, otro vestido rosa ceñido al cuerpo y por último, quedó en ropa interior con medias y tacones altos, mismos que fue descubriendo con la ayuda de sus maquillistas y del propio Maxwell, quienes la acompañaron fielmente en cada momento de su paso.

Además de Gaga, la noche tuvo como anfitriones a la tenista Serena Williams, quien optó por un vestido amarillo con detalles de flores rosas. La deportista no podía pasar un mal rato con el calzado, por lo que más que tacones altos se decidió por tenis en el mismo color de su vestido; el cantante Harry Styles fue el tercer anfitrión pero más que un look con muchos detalles, se inclinó por un traje negro con encajes y transparencias de Gucci y mostró que no tiene problemas para lucir un look más femenino al utilizar zapatos de tacón, un arete y las uñas pintadas. El intérprete desfiló junto al diseñador y director de Gucci, Alessandro Michele.

El evento, realizado con el propósito de recaudar fondos para el Instituto del Vestido y como inauguración de la nueva exposición del MET, también vio desfilar a personajes como Billy Porter, quien se inspiró en la Cleopatra de Elizabeth Taylor; Celine Dion y el actor y el cantante Jared Leto, que apareció cargando una réplica de su cabeza.

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