La semana pasada se revivió la polémica en torno a una posible declinación de alguno de los candidatos de la oposición. Las declaraciones de Luis Donaldo Colosio Riojas fueron el detonante. El joven aspirante de Movimiento Ciudadano al Senado, habló de la importancia de sumar fuerzas para vencer a Morena en las urnas y pidió priorizar el bienestar del país sobre los intereses partidistas. Lo anterior se entendió como un llamado al candidato presidencial de su partido, Jorge Álvarez Máynez, a declinar a favor de Xóchitl Gálvez.

Ante esto, el dirigente nacional del PRI, Alejandro Moreno, lanzó una propuesta: si Máynez declinaba a favor de Xóchitl, Alito renunciaría a su cargo en el partido y a la candidatura al Senado.

La reacción de Álvarez Máynez fue la que se esperaba. No solo descartó declinar, también aseguró que la propuesta de Alejandro Moreno era una trampa e interpretó las palabras de Colosio como una invitación a que fuera Xochitl la que declinara. Y es que él asegura estar en el segundo lugar de las preferencias electorales.

En ese mismo sentido se pronunció Dante Delgado. El dirigente del partido naranja dijo además que “el PRIAN da pena ajena y andan de arrastrados con Máynez, porque saben que van en tercer lugar y en caída libre”. Mencionó incluso que el voto útil está con Movimiento Ciudadano, a pesar de que las encuestas muestran que es su candidato el que se ubica en último lugar.

Esta postura de MC es, desde luego, una buena noticia para Claudia Sheinbaum. Pero más allá de si existe o no la intención de beneficiar colateralmente a Morena, hay que entender que declinar a la candidatura presidencial significa mucho más. Cada voto trasladado a Xóchitl por una alianza de facto, representaría menos poder y menos presupuesto para Movimiento Cidadano. Eso es lo último que quiere Dante Delgado.

El tipo de liderazgo que Dante ejerce en el partido ha sido cuestionado por algunas de las principales voces surgidas de las propias filas de MC. Recordemos las declaraciones que hizo en agosto del año pasado el gobernador de Jalisco, Enrique Alfaro: “Yo ya no tengo interés de participar en un proyecto que no entiendo, que se construye de manera unilateral, y que simple y sencillamente nos quiere someter a todos a la voluntad de quienes coordinan el partido a nivel nacional; no quiero pelear ni disputar nada, que ellos tomen sus decisiones, y que tengan suerte”.

No es poca cosa que el dirigente del PRI se diga dispuesto a salir de escena. Tampoco lo es que un tan destacado militante de MC haya vuelto a poner el tema de la declinación sobre la mesa. Ambas acciones le ponen presión al partido naranja y obligan a sus militantes a definir sus prioridades. Luis Donaldo Colosio Riojas lo planteó con contundencia: “Tenemos una responsabilidad más grande, por encima de los partidos, que se llama México”. Dante ya eligió; antes que todo está su partido. Lo que hagan el resto de los militantes naranjas, será responsabilidad de cada uno. Lo que cada elector entienda como “voto útil” también.

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